Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: lunes 09 de julio de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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El avance de los Gobiernos neoliberales desde la segunda década del siglo XXI, ya sea por la vía de procesos electorales o por la activación de destituciones —como sucedió en Brasil y Paraguay—, ha hecho resurgir en el imaginario colectivo y, en particular, en el entorno de los analistas y especialistas de la política, la idea del retorno de la derecha política al poder, desde una perspectiva de “fin de ciclo” de los Gobiernos progresistas latinoamericanos, dijo el analista Rodrigo Bernardo Ortega .
Así, Michel Temer ha establecido en Brasil una actividad orientada a la articulación de un discurso favorable y acorde con las políticas de ajuste fiscal, reformas laborales y previsionales que contraen derechos, represión de la protesta social y privatizaciones.
En Ecuador, desde que Lenín Moreno llegó al poder de la mano de Alianza País y Rafael Correa, ha hecho lo posible por desmarcarse del ejercicio progresista de su antecesor, articulando y desarrollando estrategias de acercamiento a la vieja política, por medio de —entre otras acciones— un referendo Constitucional con el que buscó reestructurar el sistema político basándose en el acercamiento a los poderes económicos y políticos tradicionales.
En Argentina, Mauricio Macri logró instalar la percepción de que existe un nuevo tipo de político innovador, que articula en sus luchas políticas las concepciones de una sociedad cosmopolita con jóvenes interconectados en la “Aldea Global”, cuya pirámide de necesidades “New Age”, los hace ser parte de un target muy diverso.
En Perú, llegó a la presidencia Martín Vizcarra tras la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski que sigue su política de derecha.
Los paraguayos eligieron a Mario Abdo Benítez —hijo del exsecretario privado del dictador Alfredo Stroessner—, como Presidente.
No se trata de que hoy —a diferencia de los contextos de dictaduras de los años 70 y 80— las derechas sean más democráticas por convicción, sino tal como sostiene el analista político Guillermo O’Donnell, las derechas nacionales atraviesan períodos contingentes en los que pueden coincidir con la democracia.
Actualmente, en los casos en que las derechas han tenido un largo rol opositor (Argentina, Ecuador, Bolivia, Brasil y Venezuela) han logrado articular un discurso consensualista que intenta presentarse como “posideológico”, apelando a “los problemas de la gente”. En cambio, en otros casos donde la derecha ha gobernado sin interregnos progresistas, las derechas no han tenido la necesidad de reactualizar ni sus discursos ni sus políticas, por el contrario han consolidado su posición.
¿DEMOCRACIAS EN RECESIÓN?
El problema general que trasciende las ideologías dominantes en cada uno de los países tiene que ver con la falta de legitimidad, no sólo de los políticos, sino de la política y las instituciones.
Esto lleva a plantear la pregunta sobre la recesión de las democracias en países que, a través de distintas vías democráticas “formales liberales”, habían logrado grandes avances sociales, más allá de que en la mayoría de los casos los discursos de dichos Gobiernos iban en contra de la idea del liberalismo, sobre todo en el ámbito de lo económico.
DATOS
Odebrecht no midió ideologías. El escándalo Odebrecht, que afectó a varios gobernantes de Latinoamérica, nos ha demostrado que la corrupción y la ambición no distinguen colores e ideas políticas.
Disminuye la credibilidad. Lo más grave de esta situación es que más allá de la crisis de imagen, de los problemas legales y de sanciones morales que puedan tener los políticos involucrados, en este panorama se dilapidan la poca legitimidad y credibilidad que los ciudadanos latinoamericanos tenían en sus sistemas políticos.
DÉFICIT Y CORRUPCIÓN AFECTARON A LA IZQUIERDA
Entre el giro a la derecha, América Latina también enfrenta retos considerables por una desaceleración económica y una polarización cada vez mayor de la sociedad.
La senadora Gleisi Hoffman, presidenta del PT brasileño que gobernó entre 2003 y 2016, dijo que la izquierda comenzó a flaquear después de que la crisis financiera de 2007-2008 en EEUU desatara un periodo de incertidumbre económica global y recortes presupuestarios.
Dijo que los políticos de la derecha utilizaron el argumento de que los Gobiernos de izquierda eran irresponsables en materia fiscal.
“La gente había alcanzado un nivel de bienestar en el que tenían alimentos y acceso a servicios públicos y comenzaron a tener otras demandas”, indicó Hoffman al diario O Globo. Añadió que los políticos de izquierda no podían cumplir con eso y no pudieron convencer a los votantes de que las mejoras en sus vidas eran el resultado de las políticas implementadas por ellos.
Los hechos de corrupción en los que incurrieron varios exgobernantes latinoamericanos terminaron con el ideal del cambio.
Muchos Gobiernos se vieron envueltos en millonarios actos de corrupción lo cual dejó una impresión en la población que ejerció su castigo con su voto en las urnas.
LA DERECHA ATRAVIESA POR DIFICULTADES SOCIALES
Los Gobiernos de centroderecha también han tenido dificultades al impulsar las reformas que, según sus promesas, generarían una nueva era de prosperidad regional.
El mandatario brasileño, Michel Temer —quien este año gastó buena parte de su capital político para detener el avance de los cargos de corrupción en su contra— ha batallado para conseguir el apoyo necesario para una reforma al sistema de pensiones.
En Argentina, la reforma jubilatoria promovida por Macri, que fue aprobada después de 17 horas de fuerte debate este martes, conllevó manifestaciones masivas y violentas en Buenos Aires y la convocatoria a un paro por parte de varios sindicatos.
Juan Cruz Díaz, analista político que dirige la consultoría Cefeidas en Buenos Aires, dijo que los votantes han gravitado hacia la derecha debido a un rechazo al estilo de gobierno de los políticos que ahora cayeron en desgracia.
En Chile se vio con el desplome de la popularidad de Michelle Bachelet, parcialmente por una desaceleración económica y una mayor deuda. Las reformas que fueron impulsadas por el Gobierno de Bachelet poco a poco son desechadas por el actual presidente Sebastián Piñera.
Datos: Agencias e Internet
ANÁLISIS
Rafael Correa. Expresidente de Ecuador
La izquierda es víctima de su propio éxito
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), casi 94 millones de personas salieron de la pobreza y se incorporaron a la clase media regional durante la última década, en su inmensa mayoría fruto de las políticas de los Gobiernos de izquierda. Tenemos personas que superaron la pobreza y que ahora —por lo que se llama muchas veces prosperidad objetiva y pobreza subjetiva— pese a que han mejorado muchísimo su nivel de ingreso, piden mucho más, y se sienten pobres no en referencia a lo que tienen, peor aún a lo que tenían, sino a lo que aspiran.
Esa nueva clase media que ha emergido fruto del éxito de las políticas económicas y sociales de la propia izquierda, necesitan un nuevo discurso y mensaje. La izquierda siempre ha luchado contra corriente, al menos en el mundo occidental. La pregunta es, ¿estará luchando contra la naturaleza humana?