Medio: El Periódico
Fecha de la publicación: lunes 18 de octubre de 2021
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
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El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, informó este lunes que se identificó a paramilitares que participaron en el intento de magnicidio en Bolivia durante 2020 y que las investigaciones avanzan.
Una investigación de la revista The Intercept, de EEUU, reveló este año que Bolivia estuvo al borde de un nuevo golpe de Estado y una invasión armada de mercenarios estadounidenses tras la victoria electoral del presidente Luis Arce en octubre de 2020.
Al respecto, el Gobierno nacional accedió a audios, modelos de contratos y correos electrónicos interceptados que atribuyen al exministro de Defensa de Jeanine Áñez, Fernando López, con el plan de desestabilización.
“Creemos que la forma de resolver nuestros conflictos no es la violencia y menos trayendo sicarios al interior del Estado Plurinacional y, particularmente, tenemos entendido que, de acuerdo a información que estamos proporcionando, que el señor López Julio tenía por objetivo quedarse con el poder matando a bolivianas y bolivianos contratando sicarios extranjeros”, aseguró.
Puso como ejemplo el nombre de German Rivera García, quien estuvo en Bolivia en octubre de 2020 y luego estuvo involucrado con el magnicidio en el magnicidio del presidente de Haití, Jovenel Moïse. El Ministro de Gobierno hizo mención de Arcáncel Pretel, otro involucrado con el intento de desestabilización en Bolivia.
El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, aseguró que el rango de pago para los paramilitares era 125.000 dólares, más bonificaciones.
“Concluyo esta conferencia de prensa, diciéndoles: quienes ya saben lo que están haciendo o que intentaron hacer, que sabemos lo que están intentando hacer ahora y lo que pretenden hacer en los próximos días. Lo único que pedimos e instamos es que dejen de hacer esas arremetidas que están planificando hace bastantes meses. No sólo somos el Movimiento Al Socialismo, somos el Gobierno de todos los bolivianos y haremos todos los esfuerzos y no extremaremos ningún centímetro de medir nuestras fuerzas para mantener en orden y la vida de todos y cada uno de los bolivianos”, dijo.
Miembros de las FFAA y la Policía Boliviana estaban involucrados en el plan. El objetivo de reclutar a mercenarios era bloquear, a la fuerza, la toma de posesión de Arce, quien logró un 55,11% en la primera vuelta de las elecciones presidenciales el domingo 18 de octubre de 2020.
“Las llamadas telefónicas y los correos electrónicos filtrados en donde se discute el despliegue masivo de mercenarios durante las elecciones revelan que Bolivia pudo haber visto un nuevo derramamiento de sangre en 2020”, informa el medio norteamericano The Intercept.
En uno de los audios, López indica: “El alto mando militar ya está en conversaciones de apronte”. Hace referencia así a que el entonces comandante de las FFAA, el general Sergio Orellana, es quien “realmente puede generar la operación militar como tal”.
The Intercept indica que los desacuerdos entre ministros y la división al interior de las FFAA, empeorados por el peso de la convincente victoria de Arce el 18 de octubre 2020, parecen haber desbaratado el plan.