Medio: El Deber
Fecha de la publicación: viernes 15 de octubre de 2021
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
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¿Quién protege al no presidente Luis Arce Catacora? Se
supone que los ministros, sobre todo los que están al frente de las carteras
estratégicas, son los encargados de resguardar al principal funcionario
público; como un pararrayos, para que los asuntos mundanos no lo toquen ni lastimen
y los problemas inherentes a toda administración se resuelvan sin afectar su
imagen.
Sin embargo, próximo a cumplir un año de victoria electoral
y de mandato, Arce parece un huérfano, un wajcha de padre. Las únicas que lo
arrullan, aunque sin ser escuderas eficientes, son las ministras. María Nela
Prada Tejada prueba su lealtad cada día; Fátima Gabriela Montenegro Gómez
García se presenta todopoderosa bajo su alero; Sabina Orellana Cruz baila
morenada o diablada mientras han desaparecido los elencos de música, teatro,
títeres; Verónica Patricia Navia promete castigar a quienes no acudan a su
trabajo el 11 de octubre y participa feliz en una manifestación en Trinidad al
día siguiente, en horas laborales y ¿con viáticos?
La mayoría de los ministros varones son casi invisibles.
¿Cuántos bolivianos recordarán sus nombres? Como decía un articulista sobre el
gabinete de Donald Trump, semejaban en un concurso del no/mérito. Mientras más
anónimos y menos técnicos, mejor.
Rogelio Mayta Mayta y el equipo de no diplomáticos y
personal de no carrera académica que lo acompaña han hecho todo lo posible
desde la esquina de la plaza Murillo para alejar al Estado Plurinacional de los
países vecinos; de los organismos continentales y de socios europeos. Quizá
sería interesante que se sometan a un examen de historia de Bolivia, una prueba
para bachilleres.
Carlos Eduardo del Castillo del Carpio hunde al gobierno
cada vez más con sus declaraciones, provocaciones y acciones. Es difícil
imaginar cómo una autoridad que debería proteger a su presidente –ese
economista que hasta 2020 no era parte del grupo estridente del MAS- hace todo
lo posible para tensar a la sociedad. En vez de desactivar cables pelados por
la situación económica, la pandemia y la movida ciudadana poselecciones del
2019, lo que promueve es la confrontación. Sale una y otra vez derrotado, pero
le hace daño innecesario a Arce, mientras favorece la ambición de Evo Morales.
Iván Manolo Lima Magne ha conseguido mostrar a este régimen
como el de las reformas no cumplidas; un grupo de mal talante, sin alegría y
sin prestigio. Ha destruido la posibilidad de convertir a Arce en un
‘Superluchito’ a la altura de mandatarios como Franklin D. Roosevelt o Konrad
Adenauer, capaz de salvar a la patria ante una crisis multifactorial.
En cambio, Jeyson Marcos Auza Pinto ha transformado al
hombre que hablaba de estadísticas y de planes de desarrollo económico y social
en un vocero del Ministerio de Salud. Sería interesante que alguna de esas
empresas que miden titulares compare cuántas veces sale el presidente
anunciando la llegada de vacunas de allá y de acullá y cuántas veces presentó
al país proyectos de mediano y largo alcance.
Edmundo Novillo no le avisa lo que sucede al interior de las
Fuerzas Armadas, lo que piensan capitanes y mayores sobre lo sucedido el 10 de
noviembre de 2019, sobre la fuga del asustado Evo. No le transmite información
veraz del sentimiento de uniformados al ver a sus camaradas presos y
perseguidos.
Así, en vez de ser “Todos los hombres del presidente”, como
un muro que lo defiende, son más “Todos los hombres del no presidente.” Nada de
lo cual parece casual.