Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: miércoles 13 de octubre de 2021
Categoría: Conflictos sociales
Subcategoría: Marchas, bloqueos, paros y otros
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
Reclamar por el derecho al trabajo no podría ser motivo de condena, excepto si los que reclaman un día por ello al día siguiente aparecen entusiastas entre los que colapsan las calles afectando el derecho al trabajo de otros.
Eso es lo que ocurrió con los grupos movilizados afines al MAS que el lunes salieron a las calles de La Paz para enfrentar a quienes habían decidido sumarse al paro cívico y ayer aparecieron engrosando las filas del llamado wiphalazo que impidió el tráfico por varias horas.
El argumento que usaron los defensores del derecho al trabajo, en perfecta armonía con el discurso gubernamental, fue que no podían permitir protestas que afecten el derecho laboral de los bolivianos que intentan salir de la crisis de la pandemia de coronavirus.
Lo chistoso (es lo menos que se puede decir) es que los que reclamaban paso para ir a trabajar se quedaban en los puntos de bloqueo “trabajando” en el desbloqueo, entre ellos autoridades que ayer también fueron parte de los grupos que colapsaron el centro de la urbe. Claro, la diferencia es que ellos tienen un salario seguro, incluso si “trabajan” desbloqueando.