Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: martes 12 de octubre de 2021
Categoría: Conflictos sociales
Subcategoría: Marchas, bloqueos, paros y otros
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
No son buenas noticias para el país. Octubre otra vez encuentra a los bolivianos enfrentados y peleando por sus ideas en las calles, como si se hubieran agotado los cauces institucionales y sólo quedara el recurso de la fuerza.
El paro convocado por los comités cívicos y al que se sumaron ciudadanos en las diversas urbes del país se desarrolló con más fuerza en el eje central del país, particularmente en Santa Cruz, y de forma muy parcial en el interior, con bloqueos esporádicos y marchas de protesta de los gremiales que se oponen al proyecto de ley contra la legitimación de ganancias ilícitas. Pero, la tónica confrontacional la pusieron el Gobierno y el MAS que desplegaron a la Policía, a sus autoridades, a sus funcionarios públicos y a sus militantes para romper la medida por la fuerza.
El objetivo del oficialismo era mostrar que la gente quiere trabajar, que no acata el paro de la derecha y que por tanto existe normalidad en el país. Lejos de eso, lo único que exhibieron fue su intolerancia y su fuerza física contra la protesta social. Hubo agredidos, golpeados, arrinconados, arrastrados y arrestados. Ante las cámaras no se vio normalidad, se vio el talante autoritario y violento del MAS.
La provocación del MAS comenzó el domingo en la noche, cuando un grupo de ciudadanos se reunieron en la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia para recordar los 39 años de vida democrática de Bolivia. Los grupos de choque del MAS, que portaban wiphalas y lanzaban cánticos contra un supuesto fascismo, salieron a las calles a medir fuerzas, a amedrentar y a intentar una confrontación con aquel grupo de ciudadanos que además de discursos lo único que hicieron fue entonar el himno nacional en la plaza Abaroa.
Finalmente, la pelea cuerpo a cuerpo ocurrió este lunes 11, fecha elegida por los cívicos para desarrollar la medida de protesta en contra de la ley antilegitimación y la persecución política a los opositores.
Y, por si a alguien no le quedó claro que el MAS tiene la fuerza física para neutralizar protestas pacíficas, puede dar un vistazo a lo que sucederá este 12 de octubre, en ocasión del día de la descolonización, cuando el partido de Gobierno hará una demostración de fuerza no para defender una bandera, sino para exhibir su musculatura en las calles. Y, para que quede claro que éste es un asunto de Estado, el MAS anuncia la presencia del presidente Luis Arce en las tres ciudades del eje durante la jornada.
Y, así, en vez de dialogar con quienes protestan y en vez de tomar conocimiento de sus demandas, prefiere salir a la calle a confrontarlos, de tal manera que esta grieta que quedó abierta en la sociedad boliviana tras los sucesos de 2019, día que pasa se convierte en un cráter que luego será difícil de cerrar.