El artículo 14 de la Carta Magna dispone que el Estado prohíbe y sanciona toda forma de discriminación fundada en razón de sexo, color, edad, orientación sexual, identidad de género, origen, cultura, nacionalidad, ciudadanía, idioma, credo religioso, ideología, filiación política o filosófica, estado civil, condición económica o social, tipo de ocupación, grado de instrucción, discapacidad, embarazo u otras que tengan por objeto o resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos de toda persona.

Es decir, la Constitución Política del Estado resguarda y garantiza la vigencia de los derechos de todos los bolivian@s, sin ninguna discriminación y en igualdad de condiciones.

Y a pesar de ese mandato constitucional y de la promulgación de leyes en defensa de los derechos de los sectores más vulnerables de la población, la discriminación por razones de identidad de género es una de las lacras que —heredadas del viejo Estado republicano, racista, colonial y patriarcal— todavía persisten en el Estado Plurinacional.

En este sentido, es plausible la iniciativa del Ministerio de Comunicación que —en coordinación con el Colectivo LGBT Bolivia, Coalibol LGBT y la Fundación Igualdad— publicó el manual Comunicar para vivir con diversidad, orientado al abordaje periodístico correcto de imágenes y términos referidos a las poblaciones de lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros, intersexuales y transexuales.

El texto hace un repaso de las normativas que respaldan los derechos de los colectivos LGBT y precisa la terminología adecuada para referirse a cada una de las diversidades que los integran, a fin de erradicar la desinformación, homofobia, prejuicios y estigmas que rodean a los miembros de estos grupos sociales.

Es una guía de consulta para todo periodista y/o comunicador que se precie de ético y profesional; un texto para no revictimizar a quienes tienen una orientación sexual e identidad de género distintas a las socialmente establecidas.

Ahora bien, sólo cuando aceptemos la vigencia plena de las diversas orientaciones sexuales e identidades de género revalidaremos nuestra condición de seres humanos, con los mismos derechos y las mismas obligaciones.