Medio: Correo del Sur
Fecha de la publicación: viernes 08 de octubre de 2021
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Tribunal Constitucional Plurinacional
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Manfred Reyes Villa Bacigalupi sigue siendo alcalde de Cochabamba, por ahora. El festejo de sus bases anoche, en Sucre, no quiere decir que el fallo de la Sala Constitucional Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca le haya favorecido. Todo lo contrario: al declarar que la sentencia contra el edil está vigente, ha fallado en contra.
Si se analiza el fallo con calma, se verá que lo único que ha hecho es prolongar el suspenso. Lo que dice, en términos comunes, es que existe una sentencia condenatoria de cinco años de cárcel, pero esta no se ejecutará hasta que el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) diga qué procede.
La duda es, fundamentalmente, política porque el proceso contra Reyes Villa fue política, desde el principio. El TCP ha demostrado suficientemente que sigue los dictados del gobierno así que lo más probable es que determine que la sentencia debe ejecutarse. Eso significa que el alcalde de Cochabamba debe ir a la cárcel.
Ahora, resta esperar lo que diga Lidia Patty.
No es sarcasmo. Las actuaciones de la exdiputada del MAS en los últimos meses han demostrado que ella es el instrumento de alguno de los muchos bandos que existen en esa organización política. Por todo lo que dice, y hace, la corriente que la maneja es el área dura, radical, aquella que no se mide y está dispuesta a incendiar el país, si es que así consigue imponer su proyecto hegemónico.
Lo interesante es que, cuando doña Lidia habla, sus palabras suelen tener efecto en el Gobierno. Así, luego de que la exdiputada salió a decir públicamente al fiscal Juan Lanchipa que le falta huevos para convocar al gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, la autoridad del Ministerio Público emitió la citación casi de manera automática.
Hubo convocatoria, pero también suspensión.
Todo indica que el Gobierno central se echó atrás en su intención de llevar a Camacho a La Paz y detenerlo. De hecho, la convocatoria se estaba haciendo esperar premeditadamente desde hace varios meses.
¿Cuáles eran los escenarios en caso de que se hubiera producido la asistencia de Camacho a la Fiscalía de La Paz ayer? Uno: que fuera detenido. En ese caso, el Gobierno se hubiera abierto el mayor frente de conflicto de su gestión con la región de Santa Cruz, que dio señales de que no estaba dispuesta a que se lleven a su gobernador.
En una circunstancia así, Camacho hubiera pasado a convertirse en una figura heroica, Santa Cruz estaría probablemente movilizada y la agenda nacional estaría ocupada por varios meses con el tema de su detención.
Dos: si Camacho declaraba y no se ordenaba su detención, entonces las bases masistas se hubieran volcado contra el Gobierno al ver frustradas esas expectativas a las que el propio MAS llevó a su electorado.
Pero, más importante aún, con Camacho libre, la teoría del “golpe de Estado” del Gobierno se hubiera derrumbado como un castillo de naipes: si convocan al “principal golpista” —como ellos lo llaman—, él declara y no lo detienen, es que entonces no hubo “golpe”, sería el sencillo silogismo que dejaría descolocado al Gobierno.
De por medio, aunque la Fiscalía no tomó en cuenta en sus argumentos para la suspensión de la audiencia, también estaba el hecho de que no estaría garantizada la seguridad de Camacho en La Paz ante el surgimiento de amenazas de muerte que circularon primero en video y luego con madrugadores muñecos con el rostro de Camacho colgados en pasarelas paceñas.
La suspensión no cayó bien al ala dura que manipula a Patty. No por nada, la exdiputada protestó y hasta dijo que fue el propio Camacho quien hizo colgar los muñecos, para culpar al MAS.
Ahora resta saber lo que dirá sobre Reyes Villa… y lo que hará el TCP tras escucharla.