Medio: Correo del Sur
Fecha de la publicación: miércoles 04 de julio de 2018
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Procesos contra autoridades electas
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El alcalde de Quillacollo, el opositor Eduardo Mérida, ayuna desde el lunes en Cochabamba y afirmó que la “dictadura se está enraizando en Bolivia”, porque no encuentra justicia para ser restituido al cargo.
Mérida, del Frente para la Victoria (FPV), también se declaró el alcalde más perseguido en el país, por los 31 juicios que enfrenta a instancias del Movimiento Al Socialismo (MAS) que para suspenderlo del cargo –según dijo– utilizó concejales, jueces y fiscales, solamente con “el fin de dar golpe en democracia”.
“Mi pecado es haberle ganado al MAS, yo no soy ni de la izquierda ni la derecha. Me acusan de un supuesto delito electoral por haber, supuestamente, falsificado una certificación militar; no tengo sentencia condenatoria ejecutoriada sino una sentencia política”, declaró.
Dijo que el MAS y los 11 concejales se inventaron una ley para suspenderlo del cargo el mes pasado, aplicando el “voto de censura constructiva” y utilizando a un juez que fue influenciado por Feliciano Vegamonte, Viceministro de Interculturalidad.
Explicó que ante el caos jurídico que generó un juez, quien ordenó al Concejo tratar sus suspensión, interpuso una acción de amparo constitucional, pero lamentó que “otro juez vendido al MAS” no le haya dado tutela ni restituido sus derechos.