El vocero presidencial, Jorge Richter, afirmó que la derecha se rearticula y prepara una ofensiva contra el sistema democrático con el objetivo de desestabilizar la gestión del presidente Luis Arce y evitar los procesos judiciales contra los protagonistas del golpe de Estado de 2019.

Dichas afirmaciones las virtió luego de que el Ministerio Público convocó a declarar al gobernador cruceño, Luis Fernando Camacho, para que brinde su testimonio sobre el rol que tuvo hace dos años.

Ante esta convocatoria judicial, calificada por la oposición como una persecución política, los cívicos anunciaron una movilización de rechazo, además de un paro cívico.

Richter advirtió que “la oposición racista, fascista, violenta y sin propuesta” se reorganiza en un intento de lograr impunidad para los responsables de las masacres de Senkata (El Alto) y Sacaba (Cochabamba) e imponer un nuevo golpe de Estado en el país.

El vocero recordó que los dirigentes cívicos que llamaron “bestias humanas” a los bolivianos del occidente y que consideran que la wiphala no los representa, ahora se radicalizaron e intentan construir una fuerza política movilizada que se autodenomina defensora de la democracia.

“Ahora lo que están buscando, en lo que ellos llaman defensa de la democracia, es básicamente poder desestabilizar la gestión de Luis Arce para que ello les permita generar rápidamente impunidad”, afirmó.

Agregó que se registra una “reactivación de las formas de lucha contra el Gobierno, desconociendo el proceso electoral de 2020, la recomposición de legitimidades en el país, las proporcionalidades de representación y poder que establece el proceso electoral de octubre del pasado año.

Remarcó que lo que están buscando básicamente es poder evitar las responsabilidades, la justicia por el tema del golpe de Estado”.

A pesar de las evidencias y pruebas, los opositores descalifican los procesos penales.