Humberto Vacaflor Ganam

En Bolivia, esas empresas se llaman “cooperativas”, que no solamente envenenan los ríos con los residuos de la explotación del oro, sino que además no pagan impuestos.
Hay un nuevo pecado que cometen esas empresas en territorio boliviano: la evasión de impuestos de que gozan es transferida a empresas chinas o colombianas que operan en la zona.
Ahora, las “cooperativas” han declarado guerra a la “Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera”, el ente creado por el gobierno del MAS para reemplazar al que existió durante décadas, que tampoco era muy eficiente que digamos.
Lo cierto es que las “cooperativas” dicen que la AJAM se está sobrepasando cuando observa que no se pueden transferir las condiciones tributarias excepcionales.
“Vamos a hacer respetar nuestros derechos”, ha dicho Ferreco, la organización que reúne a 550 cooperativas. Es que la AJAM había observado que chinos y colombianos estaban operando en concesiones de las “cooperativas”.
Mucho deben pagar estas empresas chinas y colombianas a cambio de recibir la ventaja de no pagar 37,5% de impuestos, y sólo pagar 6% de regalías, por operar con las licencias de “cooperativas”.
Ferreco es una “organización social” que apoya al gobierno del MAS, igual que las otras cooperativas mineras que en la región altiplánica se dedican a actividades similares, asociadas con los “jucus”, es decir los ladrones de mineral.
En la acción legal iniciada por AJAM fueron detenidos 14 chinos, 7 colombianos y un boliviano, lo que refleja los porcentajes de participación de las “cooperativas” mineras en estas actividades.
Pero Ferreco hizo saber que luchará para que se respeten sus derechos de hacer explotaciones mineras en las condiciones tributarias que les ha concedido el gobierno del MAS.
Hay un elemento más pecaminoso todavía en este negocio. Las empresas mineras que operan en la región del Amazonas, dicen las autoridades peruanas, actúan en los territorios donde también se da la producción de cocaína.
La Fuerza Aérea peruana bombardea las pistas de aterrizaje usadas por los narcotraficantes, pero algunas avionetas logran burlar los controles y se llevan a Bolivia droga y oro, según dice el diario La República de Lima.
Una alianza poderosa: droga y oro. Ha surgido en las regiones donde el control del Estado son mínimas.

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