Medio: El Deber
Fecha de la publicación: domingo 01 de julio de 2018
Categoría: Conflictos sociales
Subcategoría: Problemas de gobernabilidad
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Los vecinos de Achacachi aún sienten "rabia" y "miedo", porque el Gobierno ha preferido apoyar a Ramos a pesar de las denuncias de irregularidades en la adjudicación y ejecución de proyectos; temen ser detenidos y correr el mismo destino de sus dirigentes, si es que siguen con las denuncias. "Estamos con miedo y con rabia", afirma el presidente del Comité Cívico, Javier Quisbert, al resumir el sentimiento de muchos achacacheños que no han superado el malestar contra el MAS y el Gobierno desde los líos del año pasado.
"Es doloroso lo que pasa (aquí)", refuerza el ejecutivo cantonal, Freddy Tallacagua, quien viste el característico poncho rojo y su bastón de mando. Cuenta que para unificar a las organizaciones han formado un "pacto de unidad".
Las acciones que han logrado articular están relacionadas a prescindir del burgomaestre, que según los vecinos no ha vuelto a pisar el poblado y menos el edificio del Gobierno Autónomo Municipal, ubicado en una esquina de la plaza central de Achacachi, el que se ve abandonado y desolado.
La Alcaldía está cerrada, varias ventanas tienen vidrios rotos, desde uno de ellos se puede ver el interior de una oficina que solo confirma que -desde hace mucho- nadie ha ingresado a ese edificio. Un manto de polvo cubre los dos escritorios, una computadora y los estantes donde están apilados documentos.
Nadie sabe explicar desde dónde gobierna el Alcalde, unos dicen que siempre gobernó desde La Paz, El Alto y ahora se habría instalado en Warisata, tampoco saben de lo que hacen los concejales municipales.
El secretario de la Organización Sindical de la Provincia Omasuyos, Nicolás Huallpa, comenta que el cantón Achacachi quiere que el Alcalde "renuncie", las 10 subcentrales han optado por no pedir ni recibir ningún proyecto del alcalde Ramos, mientras las obras están paralizadas hasta que haya nuevas autoridades. "El pueblo no lo reconoce, el pueblo es la magna asamblea del pueblo", agrega el dirigente Quisbert. No se trata de la posición de los dirigentes, aclara, sino de la población que aún siente por los enfrentamientos que tuvo que padecer en febrero de 2017 y en particular, la detención de sus dirigentes.
Los vecinos no pagan impuestos ni patentes, se han organizado para hacer frente al problema mayor que es la acumulación de basura. Los barrios se turnan para recoger los desechos y trasladar al botadero, una tarea que no es fácil, porque no cuentan con la maquinaria necesaria.
A pesar de la voluntad y esfuerzo de los vecinos, en las calles de Achacachi se ven dos dificultades: bolsas plásticas, botellas, montones de desechos y varios baches en el asfalto de las diferentes arterias.
El cierre de la Alcaldía y la ausencia del Alcalde e incluso de los concejales, desde hace 15 meses, no ha paralizado las actividades de los pobladores.
Los negocios están abiertos, el transporte sigue su rutina, la actividad principalmente económica, continúa. "Sin alcalde funciona mucho mejor", dice el dirigente cívico. Se lamentan porque Achacachi apoyó a Evo Morales para que llegue a la presidencia, recuerdan que les ofreció ministerios, actualmente tienen a Eugenio Rojas en el gabinete, pero lo critican porque les dio la espalda en su lucha por transparentar la gestión de Ramos.
"Evo Morales tiene una deuda con Achacachi. Hay una molestia, él nos ha indicado que denunciemos a los funcionarios que han cometido malversación o incumplimiento de las normas, nuestros dirigentes han hecho eso, pero no nos ha hecho caso", cuenta Quisbert.
Huallpa perfila la formación de líderes comprometidos con su pueblo. "Vamos a tener líderes para nuestra provincia, nuestro cantón de Achacachi, para que nos una tenemos que tener un buen alcalde, ya estamos pensando en eso", sostuvo.