Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: miércoles 30 de octubre de 2019
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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Por lo menos media docena de estudios sostienen la idea de
que en Bolivia hubo fraude en las elecciones del 20 de octubre pasado. El más
reciente de ellos es el del afamado economista Rómulo Chumacero, catedrático de
la Universidad de Chile, quien en el texto El camaleón, el mutante y Houdini:
resultados de las elecciones en Bolivia, concluye en que las diferencias entre
actas oficiales y los datos del TREP no tienen un patrón aleatorio sino
sistemático. Y que la manipulación, no sólo de votos válidos, sino también de
nulos y blancos, favoreció al MAS.
Las mayores dudas sobre el presunto fraude se dan debido a
que, al 83% de las actas transmitidas por el sistema TREP, se interrumpió la
entrega de datos y que, 24 horas más tarde, la diferencia de siete puntos se
había ampliado a más de 10, causando la incredulidad de la ciudadanía.
Otro estudio es el que presentó el ingeniero en
sistemas Édgar Villegas, en representación de un grupo de expertos
informáticos de la UMSA, al programa de Ximena Galarza en TVU. Ese
estudio demostró diferencias entre los resultados dados por el TREP y el
posterior conteo oficial en unas 2.000 mesas.
Villegas detectó múltiples irregularidades, como la
alteración de actas, inserción de observaciones, registro de carnets de
identidad inexistentes e inversión de resultados presidenciales y para
diputados uninominales.
Mateo Urquizo, otro economista, indagó por qué se produjo la
“aceleración” de votos a favor del oficialismo tras la interrupción del TREP.
Urquizo descarta que los votos que faltaban llegar eran del área rural, como
asegura el MAS. Explicó que el 97% de los municipios pequeños y el 81% de las
mesas en estos lugares ya habían sido reportados la noche del 20 de octubre.
Para Urquizo, el 17% de votos que faltaban por contarse debieron haber seguido
la misma tendencia que el 83% previo.
El ingeniero Rodolfo Salinas hizo también hincapié en
el voto rural y expresó que se rompieron las primeras tendencias
estadísticas de manera inexplicable. Puso como ejemplo las tendencias de los
candidatos Chi Hyun Chung y Óscar Ortiz, quienes obtuvieron el tercer y
cuarto puestos, las cuales también deberían haber “sufrido drásticamente” si se
cumpliera la hipótesis de que faltaba el voto rural. Ambos debieron haber
bajado, igual que Mesa, pero se mantuvieron en su mismo nivel.
La propia alianza Comunidad Ciudadana, mediante el abogado
Carlos Alarcón, dio una explicación sobre cómo considera se realizó el fraude.
Contó que cinco variables se registraron entre la entrega de datos del TREP
hasta la publicación de los datos finales en el cómputo oficial, fueron
disminuidos votos a CC y sumados al MAS. Según Alarcón, las acciones del
oficialismo y del TSE permitieron, manipulando los votos, que el MAS ganara por
más del 10%.
El Comité Cívico de Santa Cruz ordenó realizar un
estudio al Colegio de Ingenieros y Tecnología de Santa Cruz, que detectó
cambios en las actas, siempre con la intención de afectar el caudal electoral
de Mesa y favorecer al de Evo.
Finalmente, el senador Gonzalo Barrientos, de UD, sostuvo
que en el análisis de solamente un municipio (Sacaca) de los 41 que tiene
Potosí, se advierten irregularidades en el llenado de las actas. Barrientos
comparó 200 actas y constató que habían sido llenadas por una misma
persona (misma letra) y observó la falta de huellas y firmas, lo que
debería haber invalidado esas mesas, que, sin embargo, fueron contabilizadas.
Menciona también la falta de copias de las actas, la ausencia de
delegados de otros partidos fuera del MAS en el cómputo e incumplimiento de
deberes del presidente del TED, en este caso de Potosí, por no denunciar las
irregularidades.
Finalmente, denunció –al igual que lo hizo Villegas– que en
el TSE se están modificando y “arreglando” las irregularidades que se van
denunciando, de manera que las evidencias van desapareciendo.
Todas estas denuncias aportan pruebas, lo que no quiere
decir que sean concluyentes. Con todo, deberán ser tomadas en cuenta por la
auditoría que se anuncia a cargo de la OEA, para que las dudas sean despejadas
o confirmadas de manera independiente.