Medio: El Diario
Fecha de la publicación: viernes 29 de junio de 2018
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Judicial
Dirección Web: Visitar Sitio Web
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En 2011-2017 se buscaba a los mejores hombres para la judicatura, ahora a 2018 se continúa con la misma práctica. No sirve que los grandes tratadistas de la Ciencia Social, como Roger-Gérard Schwartzenberg, Profesor de la Université de Paris 1, de la Unión Europea nos enseñen que “La problemática contemporánea del desarrollo se sitúa al nivel del necesario perfeccionamiento de las formas de organizaciones político sociales” (1). Entre tanto, en una manera tradicional de manejo del sistema político boliviano, la prensa nacional informa que 14 vocales serán renovados en Santa Cruz, con personal “capacitado y apto” para asumir dichas funciones” (2).
LA PROEZA EN CUESTIÓN
En la proeza que lleva adelante el Consejo de la Magistratura para la nominación de magistrados, se advierte una evaluación de aspirantes; en ella, se habla que la primera fase se ha cumplido con la presentación de documentos personales, es decir el currículum y el perfil general; luego, se tiene prevista la 2da. fase para la verificación de perfil y datos de los aspirantes. Finalmente, hablan de la experiencia personal y académica, del examen y entrevistas personales. Y para terminar, se infiere que la proeza habría dado el resultado de la presencia de “aspirantes capacitados y aptos” para asumir las funciones de Administradores de Justicia. Y -todavía- a manera de epílogo se buscará la coordinación con el Tribunal Supremo de Justicia: ¡Fase última de la selección!
No se puede aplaudir semejante proeza que resulta más de lo mismo, cuando el propio ministro de Justicia y Transparencia Institucional, Dr. Héctor Arce, habla de la independencia y de los esfuerzos que hace para “tener los mejores profesionales del Derecho” (3).
AUSENCIA DEL ESTATUTO
DE LA MAGISTRATURA
Ante la repetición de una práctica incoherente y la experiencia que se repite, aprovecho de la oportunidad para insistir en el perfeccionamiento del sistema político, más propiamente en el acceso a un cierto nivel de desarrollo de la democracia. Deseo generalizado que se encuadra perfectamente dentro de la realidad. La realidad concreta de un gobierno que escuche, de amplia base social, bien estructurado, que permita la resolución pacífica de las contradicciones. De esta manera no se tendría un disminuido Consejo de la Magistratura, que escoge a hombres seleccionados con la mejor manera del drill prusiano, donde nada tendría qué hacer el Tribunal Supremo de Justicia.
Como se puede apreciar, los que manejan por ahora la judicatura no tienen conciencia o, más propiamente, no SABEN en qué consisten los criterios de organización propios de un auténtico Poder Judicial, con una organización que base su desenvolvimiento en la tradición judicial, en el acierto en los fallos; el tiempo de servicios, con el que todo buen magistrado logra su legitimidad, en muchos años de ejercicio profesional.
Además de una formación permanente en ciclos internacionales de actualización jurídica que Tribuna Judicial tiene el honor de ofrecer, con marcado éxito. Así de simple resulta un Estatuto de la Magistratura que consagra criterios fáciles de ejecución. Consiguientemente, se impone la innovación que supone un mayor conocimiento en las cosas y, también una visión dinámica de los sistemas en vía de modernización del sistema tradicional de la política boliviana.
1.- Schwartzenberg Roger-Gérard: Sociologie Politique. Editions Montchrestien, París Ve. 1971, Pág.115.
2.- El Día: 14 vocales serán renovados en Santa Cruz. Santa Cruz de la Sierra, 23 de junio de 2018. Pág. 1.
3.- Extra: Arce anuncia relanzamiento del Registro Público de la Abogacía. La Paz 9 de junio de 2018. Pág. 9.