Medio: El Diario
Fecha de la publicación: miércoles 04 de agosto de 2021
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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Una definición común y corriente para la mentira es que se trata de la
alteración deliberada y consciente de la verdad, es arma de quien no tiene
razón o es, finalmente, efecto o instrumento de quien busca hacer daño, causar
molestia, lastimar sentimientos, engañar con falsedades sobre lo que es
indigno, sucio, absurdo, contrario al bien y medio para provocar daños y herir
sentimientos, pensamientos y dignidad de la parte contraria. Miente, pues,
quien está en posición de hacer daño recurriendo a cualquier medio abyecto y
ajeno a toda moral. Mentir es tratar de conseguir lo malo, sabiendo que así se
causará más daño, que es lo más contrario al sentido común.
La mentira es un delito que se basa en
la falsedad, en el engaño, en el sofisma que busca contradecir, vulnerar o
prostituir lo verdadero, lo cierto, lo concreto y real, lo que no causa daño,
para convertirlo en arma que destruye, altera, contamina, obstruye y busca
imponer lo contrario al bien. Generalmente, quienes han poseído o buscado
poderes políticos, económicos, sociales o de cualquier naturaleza, han buscado
imponerse con la mentira hasta argüir el sofisma para hacer creer que se trató
de disimular la falsedad, dándole el tinte o matiz de cierto o verdadero. En
otras palabras, la mentira es, pues, el instrumento que muchas veces han
utilizado políticos para buscar credibilidad y apoyo de posibles partidarios
que sirvan a sus intereses y los engañan, les prometen y ofrecen gabelas y
beneficios de toda naturaleza, pero basados en la mentira, en el engaño. La
mentira es, para políticos y sus partidos, el medio que busca (y muchas veces
encuentra) credibilidad, como en el caso del Referéndum del 2l de febrero de
20l6, cuyos resultados han sido claros, terminantes y definitivos sobre el
rechazo a las intenciones de ser reelegido indefinidamente del político y
caudillo del masismo, Evo Morales. Y así, sus partidarios, no obstante la
verdad de los rechazos, han seguido en la posición de buscar apoyos y confianza
de la colectividad, enfangándose cada vez más en mentiras y engaños. Por
supuesto, el ex presidente sostiene la versión de haber dejado el poder por la
acción de un golpe de Estado, cuando consta a todo el país que él y su
camarilla huyeron, escaparon del país. Pero, como le es conveniente mentir para
engañar al pueblo, busca que sus engaños convenzan sobre lo que el pueblo sabe
que no es cierto, porque toda la nación –incluidos jefes y militantes del
masismo– sabe la verdad y lo honesto, consciente y terminante de los hechos de
20l9.
La mentira, pues, se ha convertido en
arma e instrumento de los que no tienen razón, de los que están propensos al
engaño, de quienes están cegados u obcecados por sus ambiciones y no tienen
moral. Lo sensible es que no siempre sirven las experiencias y se repiten los
yerros y hay persistencia por aplicarlos, no obstante declaraciones en sentido
de que “se obrará con la verdad y no habrá repetición de hechos pasados”. Pero
todo queda en simples palabras y los hechos muestran cómo aún se busca imponer
los engaños, adosados de todo tipo de mentiras que causan mucho daño al país.