Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: lunes 06 de noviembre de 2017
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Desde el año 2000 hasta 2003 los pueblos originarios e indígenas, la mayor población del Estado boliviano, consolidaron las reivindicaciones pregonadas desde la invasión española. La voz categórica de las organizaciones sociales condenó las prácticas políticas del neoliberalismo: la exclusión del indígena en la construcción del Estado-nación.
Contenido
Evo, Álvaro y el cambio simbólico
lunes, 06 de noviembre de 2017
Desde el año 2000 hasta 2003 los pueblos originarios e indígenas,
la mayor población del Estado boliviano, consolidaron las
reivindicaciones pregonadas desde la invasión española. La voz
categórica de las organizaciones sociales condenó las prácticas
políticas del neoliberalismo: la exclusión del indígena en la
construcción del Estado-nación.
Entonces, desde la aparición de los partidos políticos, tanto de
izquierda como de derecha, nunca se ha construido un partido de esencia
pluralista. Más bien todos los partidos han tenido una composición
monocultural y excluyente, con criollos, y mestizo blancoides. Por tal
razón el indígena siempre estaba condenado al trabajo forzado para
servir al Estado blancoide.
Las estrategias y tácticas de los indígenas han funcionado en 2003
para acabar con las prácticas discriminatorias, hasta la renuncia
forzada y expulsión del poder del gringo Gonzalo Sánchez de Lozada,
Sánchez Berzaín, etcétera. Una vez logrado el objetivo soñado de muchas
décadas por los aymaras, quechuas, guaranís y otras nacionalidades, se
planteó dos conceptos fundamentales que serían instrumento de
transformación para el Estado boliviano: la descolonización y el modelo
comunitario.
Sin duda, en las elecciones de 2005 el pueblo indígena apostó a
llevar al poder a Evo Morales Ayma, acompañado con un blancoide de
inclinación izquierdista indigenista Álvaro García Linera, y de
indígenas de procedencia aymara como Félix Patzi, ministro de
Educación; David Choquehuanca, canciller; Lino Villca, senador, y
otros.
Muy esperanzado de transformar nuestro país, el pueblo boliviano
confió en la Asamblea Constituyente, constituida por distintos sectores
sociales. La primera versión de la Constitución Política del Estado
estaba direccionado a la reelección definitiva. El objetivo principal de
las organizaciones afines al MAS, como la CSUTCB, los interculturales y
las Bartolinas era consolidar una Constitución de carácter indefinida y
dictatorial, al estilo de la Unión Soviética y Cuba.
Entonces, el proyecto de Evo Morales era un proyecto autoritario y
de un profundo contenido dictatorial. Desde un principio la intención
del MAS fue esa y para aparentar la demagogia autoritaria, ante el
pueblo inventaron el proceso de cambio. Pero a medida que los líderes
indígenas planteaban propuestas claras para transformar el Estado
boliviano, el blancoide indigenista Álvaro García Linera empezó a
excluir a los líderes aymaras, como por ejemplo a Félix Patzi Paco y a
otros. Ahí comenzó un proceso endogámico, una tradición de la casta
blancoide para odiar al indígena.
Pasaron 12 años del gobierno de Evo Morales y simplemente se vio el
cambio del poder simbólico, o como Álvaro García Linera dice en su
libro La nueva Bolivia, emancipación y contra hegemonía en Bolivia, los
pueblos originarios y movimientos sociales deberán participar
simbólicamente en los actos políticos (fiestas, desfiles, vigilias y
chicotazos). Así el presidente indígena mostrará el poder de la masa.
Entonces, claramente los indígenas hemos sido instrumentalizados
para servir de lacayos y pongos políticos. El concepto socialismo
comunitario fue altamente demagógico para someter al indígena a un poder
absolutista. Además, prosperó el neoliberalismo y la colonialidad del
poder, porque el pueblo fue relegado de la construcción del Estado
Plurinacional.
Esos blancoides no impulsaron el modelo comunitario y sus prácticas
revolucionarias en lo político, económico, jurídico, etcétera. El
concepto de descolonización lo tergiversaron a lo más
romántico-cultural. La democracia la utilizaron para intentar
perpetuarse en el poder y enriquecerse ilícitamente en nombre del
pueblo.
Para ello utilizaron estrategias de acallar al pueblo, acusándolo y
estigmatizándolo, como si fuese un pueblo con idiotez cultural.
Eliminaron líderes emergentes con argumentos más pragmáticos,
denominándolos "de derecha”, neoliberales, imperialistas u otros
adjetivos incoherentes con la realidad.
Ahora el pueblo es sabio, se dio perfecta cuenta de que el falso
líder indígena Evo Morales traicionó al pueblo boliviano y a sus
distintos sectores que constituyen el Estado. El error que cometieron
Evo Morales y Álvaro García es haber instrumentalizado la democracia
para fines personales y familiares, y querer eliminar el voto popular,
queriendo modificar la Constitución Política del Estado, sabiendo que la
misma es "ley de leyes”, que ha sido aprobada con el voto del soberano.
Subordinaron a las instituciones, politizándolas y partidizándolas para
complacer a sus aliados temporales.
Entonces, en Bolivia nunca funcionó el socialismo, ni funcionará.
Por eso el pueblo continúa reivindicando la reconstitución del sistema
comunitario con planteamientos claros para hacer desaparecer el voto
secreto y acabar con la ambición autoritaria, implementando la practica
más democrática: turno y rotación.
Emprender la economía comunitaria, acabando con la explotación del
hombre por el hombre, tanto del Estado capitalista como del Estado
socialista, así el trabajador será dueño de su fuerza de trabajo y
libre, así terminaremos con los estatus sociales basados en raza y
etnia.
Nilton Condori Alanoca es profesor y exejecutivo de la provincia Omasuyos.