Medio: Jornada
Fecha de la publicación: lunes 26 de julio de 2021
Categoría: Conflictos sociales
Subcategoría: Conflictos limítrofes
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
La indignación se ha mantenido después de la quema de los
espacios de un hotel de capital extranjero en el emblemático Salar de Uyuni a
raíz de un aparente conflicto de límites entre los departamentos de Oruro y
Potosí.
«El gran perdedor es Bolivia (…) no solo como destino
turístico sino como destino de inversiones», manifestó este lunes a Efe el
presidente de la Cámara Hotelera de Bolivia, Luis Ampuero.
Las imágenes, que no han dejado de publicarse en redes
sociales, muestran cómo un grupo de personas que se identificaban como
pobladores del departamento de Potosí quemaron al menos tres de varios domos
del hotel Kachi Lodge.
Ampuero lamentó que en estos casos «no exista un mecanismo
de concertación» y que se tomen «acciones de hecho antes que buscar una
solución de conciliación» que terminan por afectar la imagen del turismo del
país.
Un conflicto confuso
El problema se manifestó cerca de la comunidad Jarira en el
límite entre los departamentos de Oruro y Potosí, prácticamente en el umbral
del Salar de Uyuni, en el sector llamado Tunupa que, según medios orureños,
está en esa jurisdicción.
Precisamente en ese sitio debía desarrollarse un acto de
lanzamiento de las actividades de reactivación económica debido al parón que
provocó la pandemia y que afectó al Salar considerado uno de los «mejores
lugares del mundo», como señaló recientemente la revista Time.
Inicialmente, se supo de que el problema se debió a una
disputa en una región en la que no hay límites bien definidos entre ambos
departamentos.
No obstante, también autoridades municipales y originarias
de Potosí manifestaron que en realidad la molestia se debió a que el hotel, que
es ecológico, cobraba «costos exorbitantes» y que esos ingresos «no
beneficiaban a la región», según consta en un comunicado que publicó la Cámara
de Diputados.
Los representantes potosinos sostuvieron que no están
permitidos los «asentamientos» en el sector invocando a normas departamentales
y nacionales, se indica en la comunicación del Parlamento.
Sin embargo, el hotel funciona sobre plataformas
prefabricadas en las que se han instalado los domos que hacen de comedores o
habitaciones y que utiliza la provisión de agua que llega de la comunidad
Jarira, con baños que funcionan a combustión y desechos líquidos que no se
echan en el Salar.
Reclamo del sector turístico
Ampuero señaló que para emprender una iniciativa de esas
características en un sitio alejado y de difícil acceso las inversiones deben
venir de verdaderos «innovadores o emprendedores», aunque lamentó que pese a
esto «no se respete la propiedad privada».
«Condenamos todos los actos vandálicos, suscitados en el
Salar de Uyuni y expresamos nuestro total desacuerdo a dicho actuar donde se
afectó seriamente la inversión privada con la quema de instalaciones de un
hotel», señala un comunicado de la Cámara Hotelera de La Paz.
La entidad nacional de hotelería también se pronunció y
señaló que es necesario que los responsables «sean debidamente identificados y
sancionados».
«El turismo busca paz, busca belleza natural, no busca
conflictos incendios o avasallamientos», apuntó Ampuero mientras se espera un
pronunciamiento de las autoridades del Gobierno central.
El representante de la Cámara Hotelera de Bolivia manifestó
que dado el «alto perfil» que tiene el Salar de Uyuni como atracción turística
es urgente «promover inversiones nacionales, internacionales y alianzas
estratégicas» para aprovechar su potencial.