El presidente Evo Morales ha dicho su palabra: él será candidato en 2019 “hagan lo que hagan y digan lo que digan”, “vamos a ganar las elecciones”. Le faltó decir “y voten como quieran votar, igual vamos a ganar”.

Todos los instrumentos de este espectáculo están ajustados, templados y listos para que el presidente gane las elecciones de 2019 y se quede en el cargo hasta 2025.

Pero hay un problema: la economía está muy desafinada y se está incubando una crisis que podría afectar incluso a los planes del prorroguismo.

La producción de gas, de 54 millones m3/d, es insuficiente para atender la demanda de 65 millones m3/d y el mayor problema es que la producción sigue en descenso.

El ministro de Economía, Mario Guillén, había dicho dos veces que estaba analizando la posibilidad de ajustar el tipo de cambio, a fin de frenar la entrada de productos argentinos con precios devaluados. Pero alguien le dijo que no, que eso no se toca, y menos en plena campaña electoral, lo que le obligó a decir que, en lugar de devaluar la moneda, aplicará aranceles de importación más altos. Desde el frente de los contrabandistas se escuchó una sonora carcajada.

El Banco Central ha estado tocando las clavijas del sistema financiero, modificando el encaje legal y luego la Tasa de referencia sin explicar de qué se trataba. Ahora, la Asociación de Entidades Financieras (Asofin) se ha pronunciado en contra de la última medida, quizá porque reduce sus márgenes de ganancia. Y el FMI ha recomendado que se deje sin efecto la política de fijar las tasas de interés de los bancos desde el gobierno.

Aquí se está incubando una crisis de confianza en el sistema financiero, de la que es mejor ni susurrar.

Sobre estos temas y otros más, como el desastre de Bulo Bulo y la gigantesca corrupción, el gobierno responde ocultando las cifras y negándolo todo.

En estos días debía haberse conocido el informe sobre las reservas de gas que quedan en el país, después de cinco años del último informe. Ese último informe, de 2013, fue modificado por YPFB antes de hacerlo conocer.

Para seguir con esta política, necesita la complicidad o el temor de los medios. Pero incluso en ese frente se dan expresiones de rebeldía. Finalmente.