De un tiempo a esta parte, el Palacio de Gobierno ha dejado de publicar la agenda diaria del presidente Evo Morales. Los activistas de las plataformas del 21F creen que el mandatario teme al grito de “Bolivia dijo No” que  lo ha perseguido incluso en sus viajes al extranjero.

Hay que agregar que no sólo los activistas políticos  han acosado al mandatario, sino también los enfermos de cáncer que exigen atención del Estado.

Son los signos de un gobierno que se desgasta día a día con decisiones tan impopulares como la construcción de un lujoso palacio o los inexplicables viajes del mandatario, todo ello financiado con el dinero de los bolivianos, mientras un grupo  vulnerable, como son los enfermos de cáncer, no tiene ni una unidad de radioterapia decente para tratarse.

El secretismo de la agenda del Presidente, por otro lado, es una muestra más de la poca transparencia del Gobierno. No se trata de la agenda de cualquier persona, sino de la del hombre más público del país, cuyas actividades deben ser conocidas por sus mandantes. Nos referimos únicamente a sus actividades públicas.