De forma sorpresiva, el presidente Luis Arce designó en representación del Órgano Ejecutivo a ocho vocales en igual número de tribunales electorales departamentales. En seis casos, sustituyó a vocales en funciones designados a fines de 2019 durante el régimen de Áñez. En los otros dos casos había acefalías por renuncia. Algunas voces observan la legalidad de tales designaciones.

La Constitución Política establece que el presidente del Estado tiene la atribución de designar directamente a uno de los siete vocales del Tribunal Supremo Electoral. A su vez, la Ley del Órgano Electoral Plurinacional hace extensiva dicha atribución a la designación de uno de los cinco vocales en cada Tribunal Electoral Departamental. Los otros vocales, tanto nacionales como departamentales, son elegidos por los órganos legislativos previa convocatoria pública y calificación de capacidad y méritos.

A fines de 2019, con arreglo a la Ley de régimen excepcional y transitorio para la realización de elecciones generales, la presidenta provisoria Jeanine Áñez designó un vocal en el TSE y un vocal en cada uno de los nueve tribunales departamentales. La misma norma, “de forma excepcional”, había cesado en sus funciones a todos los vocales nacionales y departamentales en ejercicio, tanto titulares como suplentes. Todos ellos fueron acusados de “fraude” con base en solo un informe preliminar de la OEA.

Respecto a la designación de vocales electorales, uno de los principios es su inamovilidad durante todo el periodo de funciones, que es de seis años. Los vocales concluyen sus funciones cuando vence su periodo, por renuncia o por incapacidad absoluta permanente. Y pierden sus funciones por sentencia condenatoria ejecutoriada y por comisión de alguna falta muy grave establecida en la norma. En 2019, sin ninguna de estas causales, tras un acuerdo político para convocar elecciones, fueron cesados por ley.

¿Qué pasó con los vocales designados por Áñez en su régimen provisorio? Luego de las elecciones subnacionales de este año, renunciaron el vocal del TSE Salvador Romero y los vocales departamentales de Chuquisaca y Cochabamba. Previamente lo había hecho el de La Paz. Seis vocales se mantuvieron en el cargo pese al carácter excepcional y transitorio de su mandato. Hace pocos días los decretos de su designación fueron abrogados por el presidente Arce, nombrando a nuevos vocales en su reemplazo.

Algunas voces señalan que estas designaciones, al quebrantar la inamovilidad, vulneran la independencia del organismo electoral. El actual Gobierno sostiene tal decisión en la “legitimidad de su elección democrática”, asumiendo que los cargos de designación corresponden a una transición democrática constitucional (Arce), a diferencia de un régimen transitorio. Los vocales de Áñez, pues, no gozaban de “inamovilidad en las condiciones establecidas por la Constitución y la Ley”. Tema para el debate.