Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: lunes 14 de junio de 2021
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Asamblea Legislativa Plurinacional
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En los últimos días, la batalla de las percepciones entre el oficialismo y la oposición en nuestro país ha llegado a límites impensados, sintetizada en un hecho concreto: patadas y puñetes entre dos legisladores, uno del MAS y otro de Creemos, en la mismísima Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP).
La comunicación política –finalmente– se trata de eso, de la batalla de las percepciones, y como toda batalla el objetivo es ganar, es decir, cómo nos interesa ser percibidos. Se trata de construir o posicionar en la opinión pública la imagen que queremos de un determinado hecho. Es una forma de construir la realidad.
Pero volvamos al bochornoso hecho ocurrido en la ALP. Están en plena interpelación al ministro de Gobierno. El MAS ha preparado un escenario para salir ganador, no sólo discursiva sino simbólicamente. Familiares de las víctimas de Senkata y Sacaba están en inmediaciones de la plaza Murillo y en el hemiciclo reclamando justicia. La autoridad elevó la voz y calificó de cómplices a los asambleístas de oposición. Esto y otras partes de su discurso encendió los ánimos.
El objetivo del oficialismo: convertir la interpelación en un escenario para contribuir al posicionamiento de la idea de golpe de Estado. Estamos en un momento de esta batalla de las percepciones. Es la disputa simbólica entre golpe de Estado versus fraude electoral.
Los ánimos están caldeados. El senador de Creemos Henrry Montero se acerca al presidente de la cámara de diputados, a hacerle un reclamo. Inmediatamente se acerca un diputado del MAS, Boris Antonio Colque, quien empieza a forcejear con su colega; esto sube la tensión: primeros empujones y jaloneos, luego puñetes y patadas y finalmente ambos al suelo. Todo está siendo filmado y a punto de subirse a las redes sociales para que las audiencias hagan los suyo, es decir, produzcan contenidos: memes, videos, animaciones, etcétera. El video es viral. Está en todas las plataformas digitales.
El senador de Creemos habla con los medios, pide disculpas y dice que actuó en defensa propia. Denuncia que el MAS armó un show y un circo. “Espero que siempre nos enmarquemos en el marco del respeto (…), lo único que pedimos es que se nos respete y que no nos digan criminales y homicidas”, dijo a los medios.
El diputado del MAS que fue parte de la gresca dio una conferencia de prensa acompañado de sus colegas de partido, donde denuncia que hubo agresión física y verbal. “El golpe de Estado ha dejado rastros de discriminación a los pueblos indígenas originarios. Nosotros no partimos de esa violencia”, dijo a los medios.
El video de lo ocurrido circula vorazmente por las redes sociales y es la noticia central en los medios tradicionales, pero hay dos versiones de lo sucedido, es lo que finalmente le da sentido a la batalla de las percepciones y lo que les interesa a los políticos: la oposición, involucrada en el hecho, dice que el senador actuó en defensa propia luego de las acusaciones del ministro y el oficialismo dice que fue discriminación. Las dos “balas” de esta batalla.
Al medio de esta disputa estamos la mayoría de los bolivianos, tratando de hacerle lance a la Covid 19, haciendo fila para acceder a la vacuna, tratando de conseguir ingresos, cuidando a nuestros hijos menores de edad y a nuestros padres, organizando rifas para recaudar fondos para infectados que están en terapia intensiva y llorando a amigos y familiares que la peste se lleva.
Renzo Ayarde es comunicador social @renzoa33