Medio: El Día
Fecha de la publicación: sábado 22 de mayo de 2021
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Democracia interna y divergencias
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¿Qué es lo que ocurre dentro del MAS? ¿Qué es lo que ha convertido a Evo Morales en un gruñón, que no hace más que renegar y quejarse todo el tiempo de sus propios compañeros? Estar lejos del poder debe ser una sensación muy dura de sobrellevar. Algunos la comparan con el síndrome de abstinencia que experimentan los alcohólicos y drogadictos que dejan el vicio, pero eso no le da derecho de andar refunfuñando contra los que ayer eran sus súbditos incondicionales y que estaban dispuestos a amarrarle las trenzas de los zapatos.
Los principales referentes del MAS dicen que no hay ningún tipo de ruptura, el presidente Arce continúa actuando como su títere, nombran allegados de Morales en puestos clave, la actitud del gobierno sigue los cánones del conflicto y a persecución, tal como lo manda el libreto vengativo y belicoso del cocalero. Se dice muy poco en las redes sociales y mucho menos en los medios de comunicación, pero los gruñidos del “jefazo” dicen otra cosa.
¿Qué razón tendría Evo Morales para llamar “pandilleros” a los jóvenes masistas de Santa Cruz? Ellos fueron consecuentes con el partido y con las órdenes que les dio el régimen durante 14 años. Bloqueaban donde había que hacerlo, atacaban sin piedad a quienes se les señalaba y fueron los que recibieron las órdenes de cercar ciudades y no dejar pasar alimentos. Además, todos en el MAS siempre han actuado como vándalos, incluyendo ex ministras y actuales ministros que salieron a lanzar bombas molotov en los fatídicos días de noviembre de 2019.
A lo mejor ya no le hacen caso, como sucede con alcaldes, concejales, asambleístas y funcionarios de menor jerarquía dentro del gobierno que, según él, “se oponen a las decisiones ejecutivas” que se toman dentro del partido y a las que emanan también desde el despacho de Luis Arce. Sus palabras hacen presumir que hay más de dos frentes internos, no sólo el que lanzó aquel sillazo durante una reunión partidaria. Según las malas lenguas hay varias facciones, pero no es bueno creerse de los chismes y menos cuando las declaraciones del propio cocalero dejan mucha tela para cortar.
Los gruñidos del ex presidente comenzaron a aumentar después de las elecciones subnacionales que dejaron muy mal parado al MAS y especialmente al jefe del partido, al responsable de la campaña y al que eligió a la mayoría de los candidatos a alcaldes y gobernadores que fueron derrotados tanto en primera como en segunda vuelta, como para que no queden dudas de que propios y extraños manifestaron su rechazo al gobierno y especialmente al cocalero.
En unos días más habrá un congreso partidario y es precisamente ahí donde deben salir a la luz todas las voces internas del MAS, pero especialmente tiene que surgir el rumbo que le dará el partido al gobierno. Tendrán que decidir si Arce continuará siendo indefinidamente la marioneta del cocalero, si la administración seguirá dedicándose única y exclusivamente a sus tareas vengativas y continuará descuidando la salud y la economía. Será el momento de sellar el destino del partido, que hoy sigue teniendo la misma marca del cocalero: la vendetta, la corrupción y el narcotráfico, pero especialmente…la fuga. Arce debe decidir si eso es lo que quiere.
Tendrán que decidir si Arce continuará siendo indefinidamente la marioneta del cocalero, si la administración seguirá dedicándose única y exclusivamente a sus tareas vengativas y continuará descuidando la salud y la economía. Será el momento de sellar el destino del partido, que hoy sigue teniendo la misma marca del cocalero: la vendetta, la corrupción y el narcotráfico, pero especialmente…la fuga. Arce debe decidir si eso es lo que quiere.