La respuesta que dio el gobernador de La Paz, Santos Quispe, al periodista que le preguntó sobre el cargo de asambleísta de su esposa (por qué me discriminas, le dijo), refleja algo que ya se percibió durante la campaña: el heredero de Felipe Quispe es huraño, esquivo y displicente con los periodistas. 

 Si él fuera un ciudadano sin cargo público, estaría en su derecho de no contestar a los periodistas, pero siendo una autoridad  que manejará recursos públicos, tiene la obligación de hablar con los medios porque, es a través de ellos que la ciudadanía puede hacer seguimiento de sus actos. Tal como va, está al frente de una gestión opaca.

 Este medio intentó en innumerables ocasiones entrevistarlo, para que la gente conozca su personalidad y su plan de gobierno, pero todo lo que recibió fue un ninguneo de parte de sus colaboradores o de él mismo. A juzgar por las pocas entrevistas en las que se lo vio, presumimos que hizo lo mismo con los demás medios.

Señor Quispe, usted está en el cargo   gracias a la muerte de su padre, pero tal como va, es probable que su carrera política no llegue lejos.