Medio: El País
Fecha de la publicación: viernes 30 de abril de 2021
Categoría: Autonomías
Subcategoría: Departamental
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Las fuerzas políticas están más equilibradas que en la pasada legislatura, pero los desafíos políticos y económicos revelan que habrá que fajarse en las negociaciones. Pacto fiscal, leyes y convenios están en revisión
- Elmira Lindo
- 30/04/2021 00:00
La próxima semana empieza la andadura de un nuevo ciclo de la vida autonómica tarijeña, el tercero desde que en 2010 se eligiera al primer Gobernador y a la primera Asamblea Legislativa Departamental todavía con un texto autonómico no validado por el Tribunal Constitucional pero sí incorporado al texto constitucional.
Las modificaciones realizadas a la convocatoria electoral por el propio Tribunal Electoral – ante la incapacidad de los legisladores de aprobar una Ley Electoral en los seis años que duró el mandato que recién termina – han permitido que las fuerzas estén hoy más equilibradas de lo que han estado en la última legislatura.
El 7 de marzo, por voto popular, quedaron configurados 13 curules para el Movimiento Al Socialismo, 12 para Unidos y dos para la agrupación Todos, además de los tres curules indígenas, que, aunque se consideren en bancada, no tienen cohesión interna ni subordinación de unos sobre otros, es decir, que cada cual puede votar lo que sus pueblos – Weenhayek, Guaraní y Tapiete - determinen.
Con esa diversidad y atendiendo a los nombres, la pugna por la configuración de la próxima Directiva es por demás tensa, particularmente en el cargo de Presidente, que al fin es el que mayor visibilidad da.
Los aspirantes
Las posibilidades de que el Movimiento Al Socialismo consiga la presidencia de la Asamblea desde la primera votación son esta vez menos posibles que en otros años, cuando contaba con una mayoría solvente.
En esta ocasión, el Movimiento Al Socialismo está postulando a Eider Quiroga como candidato a la Presidencia. Quiroga es asambleísta por la provincia Avilés luego de haber sido postulado desde la central campesina de Uriondo. Quiroga también intentó terciar en la pugna por la candidatura a la Gobernación con Álvaro Ruíz y Walter Ferrufino, aunque nunca estuvo realmente en vigencia por la clara sintonía que mantenía con Ruíz.
Para sumar 16 votos, el MAS debería sumar el voto de los tres pueblos indígenas, y de momento solo ha presentado una alianza con los capitanes guaraníes, mientras que el pueblo Tapiete y el Weenhayek, tradicionalmente marginados, no han definido el sentido de su voto… aunque el líder recurrente del pueblo Weenhayek, Moisés Sapiranda – y que tradicionalmente ha firmado con el MAS - ya ha protagonizado bloqueos y protestas contra la selección del asambleísta de su pueblo, al que ha considerado manipulado por el propio Tribunal Electoral Departamental (TED).
Resulta complicado imaginar al TED manipulando el acto de selección de usos y costumbres weenhayek para beneficiar a Óscar Montes, que desde mitad de la campaña empezó a cargar contra la presidenta del organismo, Nataly Vargas. En cualquier caso, Montes necesitaría el apoyo tanto de tapietes como de weenhayek para colocar a uno de sus asambleístas como Presidente, cargo en principio reservado para Mauricio Lea Plaza, que repite en la Asamblea y tiene una larga experiencia en gestión pública.
En principio, los dos curules de la alianza Todos tienen previsto abstenerse precisamente para mostrar su poder futuro. El curul del Gran Chaco es de Jorge Luis Sanguino, próximo a Wilman Cardozo, que todavía piensa cómo será su reivindicación. Por otro lado, el curul de Cercado es de Francisco Rosas, que se alió accidentalmente con el gobernador Adrián Oliva para este embate, pero que desde que rompió precisamente con Óscar Montes en UNIR ha tenido un comportamiento un tanto equidistante entre los diferentes polos. No es menor que su propio hermano, el diputado Edwin Rosas, y con quien comparten matriz política, fuera el único en romper la disciplina de Comunidad Ciudadana para negar el apoyo a Montes en segunda vuelta.
La Asamblea de Tarija y sus desafíos pendientes
Con el departamento y el país sumido en una crisis económica de grandes dimensiones, la labor de la Asamblea Legislativa Departamental de la próxima legislatura parece tener que basarse precisamente en acomodar las estructuras al momento y planificar proyectos de Ley que contribuyan a generar desarrollo.
Un ejemplo es el de la Ley de promoción de iniciativas público – privadas, que desde hace años duerme el sueño de los justos en el hemiciclo. Además, la Asamblea tendrá que promover planteamientos para el pacto fiscal nacional y departamental, así como explorar posibilidades que permitan acceder a nuevos ingresos por la vía impositiva. La Asamblea tendrá también la última palabra a la hora de aprobar cualquier reforma del endeudamiento vigente.
A largo plazo, la reforma del Estatuto tiene ya varios promotores, ya que se considera que se deben ajustar algunos asuntos propios como el tema de subgobernadores o de números en la Asamblea.
Por otro lado, el Gobernador electo ha considerado que hay algunas leyes que ya no se deben aplicar – como la del 8 por ciento y sus débitos automáticos – pero que deberá tener el consenso de las bancadas para que no sea aplicada… y eso parece complicado especialmente en los municipios de signo contrario.
Lo cierto es que el modelo está a prueba y la era del gas parece haber concluido. Es tiempo de nuevas ideas y la Asamblea debe ser el referente.