Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: martes 19 de junio de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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Ese dato debe haber llenado de alegría al presidente Evo Morales que tuvo horas no gratas, por la muerte del universitario en El Alto y por los gritos que se escucharon en los escenarios deportivos de Cochabamba en defensa del respeto al referendo del 21 de febrero de 2016, que opacaron el baño de popularidad que esperaban en el actual régimen.
Y claro que sí, porque esto fortalece la posición de quienes desean imponer la candidatura de Morales, a pesar de que el pueblo boliviano votó No, en el mencionado referendo convocado por las actuales autoridades que reniegan de su iniciativa.
Quienes no deben estar nada contentos son los líderes de la oposición. Aunque alguien por ahí me dijo: ¿cuál oposición? Y es cierto, el contrapeso no se lo ve en todos los ámbitos ya que algunos negocian con el poder. Lo hacen por poca cosa y sin garantías de una felicidad duradera.
Ese 10% debería llevarlos a una reflexión que debe buscar respuesta al rechazo y concluir con una propuesta de país, con políticas concretas respecto a lo que se debe hacer para mejorar lo que haya sido positivo para el ciudadano y reemplazar lo malo.
Los políticos involucrados deben comprender que la propaganda política, las denuncias de corrupción del régimen no los harán sobrepasar esa barrera. Entonces, ¿qué dirá usted amigo lector? Le expreso mi punto de vista.
Se debe proyectar nuevos líderes. Hay colectivos ciudadanos que desean emerger, que están dispuestos a ser los integrantes de los batallones que recuperen el concepto de democracia. Y esos soldados entienden que la reconquista del derecho político, de la ciudadanía, no solo es en el ámbito de la institucionalidad estatal, es básicamente en el núcleo de la partidocracia. Si en los partidos políticos no hay democracia no puede haberla en el Estado.
Para crecer y hacer que crean en el propósito que los lleva a presentarse como alternativa al MAS, la unidad de líderes, de billeteras, de banderas coloridas, de la victimización, de la denuncia cierta de violencia, de cooptación de los poderes del Estado por parte del Ejecutivo, hay que abrir los espacios a los otros y sobre la base de un proyecto social y económico sumar a buenas personas; aunque estas no tengan los recursos para financiar sus campañas. Asimismo, no se debe demonizar a nadie por simple celo.
No es suficiente llegar al poder, hay que hacerlo con gente capaz de llevar a realidades concretas los diferentes programas puestos a consideración de la ciudadanía, o en su caso hacer oposición seria. Eso es con credibilidad.