De forma sorpresiva, Salvador Romero, renunció la tarde de este miércoles al cargo de presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y aseguró que parte libre de ataduras y con la misión cumplida. Recordó que durante este proceso el Organismo Electoral Plurinacional (OEP), “fue golpeado con saña y por doquier”, además de recibir hostigamientos de todos los frentes políticos y organizaciones sociales.

“Amenazas, hostigamientos desde todos, o casi todos los frentes políticos, a veces sucesivos, en otras ocasiones, simultáneos; presiones de organizaciones sociales, regionales, corporativas; acechanzas de otros poderes. En un país de endeble institucionalidad, bastaba una decisión desagradable para que más que cuestionar la medida, se descalificara al órgano como tal”, manifestó Romero.

Recordó que asumió las riendas del TSE en un proceso complejo. Pues sí, Bolivia entraba a un nuevo proceso electoral, tras que la Organización de Estados Americanos (OEA) denunciara un fraude electoral en las elecciones anuladas del 20 de octubre del 2019.

La población boliviana necesitaba confianza en que su voto debía ser respetado, y es por ello, que la expresidenta Jeanine Áñez, decide elegir a Romero como el primer vocal dentro del Órgano Electoral.

“Se requirió una voluntad inquebrantable para seguir en la misión de consolidar la democracia (…) puse sobre la mesa mi trayectoria, mi reputación y mi integridad. En silencio, con templanza, he visto los más virulentos intentos por destruirlas. Me han pintado de todos los colores, atribuyéndome vínculos con organizaciones políticas que, cada una sabe, no tengo con ellas, sino con la elección transparente como eje vital de la democracia”, subrayó el expresidente de la OEP.

“He escuchado acusaciones disparatadas, temerarias y tantas veces antagónicas, como si no ser de un campo me convirtiera en miembro del otro campo. En vez de acumular rencor, opté por no responder, olvidar en el acto el nombre de los detractores o el contenido de los anónimos mensajes y las mil noticias falsas que han circulado por las redes sociales para concentrarme en la tarea que importaba: entregar a Bolivia resultados legales y legítimos para la Presidencia, la Asamblea, las gobernaciones, las alcaldías, los concejos municipales”, argumentó Romero.