Medio: La Razón
Fecha de la publicación: sábado 17 de abril de 2021
Categoría: Autonomías
Subcategoría: Departamental
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El 20 de septiembre de 2015, comprobando el postulado hegeliano de la historia que se repite a sí misma (“la primera vez como tragedia, la segunda como farsa”, apostilla Marx), cinco departamentos rechazaron en referéndum la aprobación de sus estatutos autonómicos. Retrocedieron así a 2006, cuando los mismos cinco negaron mandato a la Asamblea Constituyente para establecer un régimen de autonomía departamental.
Tragedia 1. En medio del debate sobre el proceso constituyente, asumido en la agenda de octubre, se planteó desde Oriente la bandera de la autonomía departamental, hija de la agenda de enero. La solución transaccional del “empate catastrófico” fue ir a las urnas, el 2 de julio de 2006, para elegir 255 constituyentes y, al mismo tiempo, consultar sobre la aplicación vinculante de la autonomía en la nueva Constitución Política.
Farsa 1. Bajo consigna del MAS-IPSP para bloquear la autonomía departamental, asociada al separatismo, cinco departamentos dijeron No. Los otros cuatro optaron por el Sí (la media luna: Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando) y apostaron por el “proceso estatuyente”. Así, de manera paralela a la Asamblea Constituyente, que pretendían abortar, elaboraron estatutos inconstitucionales y los aprobaron en consultas ilegales.
Farsa 2. En su obsesión antiMAS, los abanderados del No izaron la consigna de votar en contra del estatuto. Creían que así castigaban en las urnas al gobierno de Evo. ¿Y las autonomías? Rápidamente se haría en consenso un nuevo documento para su aprobación en la asamblea departamental y el control de constitucionalidad. En máximo un año, aseguró para La Paz el entonces gobernador Patzi, tendremos estatuto en vigencia.
Tragedia 2. Pronto habrán transcurrido seis años desde el fallido referéndum de 2015 y los departamentos de La Paz, Oruro, Potosí Chuquisaca y Cochabamba siguen estancados en el proceso autonómico. Ninguno de ellos elaboró un nuevo estatuto y su aprobación en referéndum es una lejanía. En lugar de escarmentar al Gobierno central, le regalaron más centralismo. El tema, hoy, ni siquiera está en agenda.
Antes de fin de año está previsto un nuevo referéndum aprobatorio de documentos autonómicos. Se espera que unos 30 municipios pongan en consulta sus cartas orgánicas. Así, el proceso de construcción del Estado con autonomías (en plural) ya lleva 12 años al amparo de la Constitución Política. El diseño es complejo, con heterogeneidad institucional. Sabíamos que sería lento. Pero hay tropiezos, retrocesos, abundan los escollos.
La tensión irresuelta de la historia larga se repite: ora como tragedia, ora como farsa. Autonomía, mía, mía.
FadoCracia carcelaria
En un avanzado ejercicio de periodismo de investigación, el diario verde (¿cómo sería si fuese maduro?) difundió sustantivas revelaciones sobre la situación carcelaria de la expresidenta Áñez. Es de no creer.
“Un reloj de pared, dos libros y su tejido acompañan a Jeanine en prisión”, titula el medio. Según el periodista, introducir el reloj fue “un calvario”, pero la ayudó a recuperar la noción del tiempo. Su hija asegura que es para tomar sus pastillas.
¿Qué lee Áñez? El ejemplar de cabecera es la Biblia (30 veces más pequeña que el armatoste que metió a Palacio). No hay datos sobre el otro libro. Menos mal que sabemos algo del tejido: la lana se convirtió velozmente en dos posavasos y un portaplatos.
El diario in-de-pendiente va más lejos. Con dos médicos anónimos como fuente, alerta que Jeanine “presenta descompensación que puede llevarla a la muerte”. Según la noticia, el cuadro es muy delicado: infección urinaria + lentitud mental. Terrible falta de respeto.
“Resistiré”, asegura la expresidenta autoproclamándose “presa política”. Esta vez no la acompaña la banda de la Policía. Tampoco hay párroco rociando agua bendita desde un helicóptero.
José Luis Exeni Rodríguez es politólogo.