Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: viernes 23 de abril de 2021
Categoría: Organizaciones Políticas
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El flamante presidente de la Asamblea Legislativa Departamental (ALD) de Santa Cruz, Zvonko Matkovic Rivera, señala que en las subnacionales el “dedazo” del Movimiento Al Socialismo (MAS) fue castigado por el electorado, que desde su punto de vista ya no está interesado en confrontaciones políticas, sino en el tema de gestión y de obras.
Matkovic, un economista cruceño de 42 años, llega por primera vez al legislativo departamental de la mano de Luis Fernando Camacho, líder de Creemos. En las elecciones de octubre de 2020, Matkovic fue elegido senador suplente de esa alianza. Sin embargo, renunció al curul y luego se lanzó a la carrera de las subnacionales.
¿Cómo logró Creemos ganar la pulseta al MAS para lograr la presidencia de la Asamblea Legislativa Departamental?
Es un trabajo que se vino haciendo desde el día que se acabaron las elecciones, cuando ya supimos cómo estaba conformada la Asamblea. No queríamos entrar a una batalla legal donde evidentemente nos corresponde la primera mayoría, pero vimos que el MAS iba a usar todas sus armas y mañas para no reconocernos.
Entonces trabajamos con nuestros futuros colegas de las diferentes bancadas y empezamos a presentar nuestro proyecto de trabajo por muchos días, casi dos meses, y eso estuvo reflejado en la primera votación para elegir la directiva ad hoc, donde logramos 15 votos de nuestra plancha, contra 11 votos de la plancha que propuso el MAS. Creemos sólo tiene 11 asambleístas y evidentemente tuvimos votación de asambleístas indígenas y algunos votos de asambleístas del MAS.
Entonces, ellos ven eso y en vez de seguir con el ejercicio democrático y llamar a la segunda votación para la directiva permanente, decidieron retirarse de la sala para que no tengamos quorum, pero no solamente se salen ellos, sino que abusivamente hacen salir a dos asambleístas de los pueblos indígenas que no son parte de su bancada. Se los llevan con amenazas, los encierran en una oficina dentro del mismo edificio de la Gobernación, y después los sacan y los llevan a una oficina del Ministerio de Gobierno, del Conaltid, y los tienen ahí escondidos hasta las diez, once de la noche.
Suspendimos la audiencia tarde, en la noche, y al otro día se marcó sesión a las once de la mañana. Volvimos las 13 personas que estábamos y nos topamos con la grata sorpresa de que había un asambleísta de los pueblos indígenas, que había sido retirado por ellos. Estaba presente e hicimos quorum y así se logra llevar adelante la sesión donde yo salgo electo.
¿Cómo hará Creemos para mantener esa mayoría, tomando en cuenta que hay legisladores indígenas que deben ser habilitados y que se pueden ir con el MAS?
No es correcta esa apreciación de creer que los indígenas están con el MAS, eso es mentira. Yo he estado casi dos meses hablando, conversando con ellos, y ellos son apolíticos. Pueden tener preferencias de un lado y de otro, porque también hay indígenas que se inclinan hacia otras creencias políticas.
Ya son 15 años que ellos vienen trabajando bajo este sistema de la Gobernación, donde ellos tienen sus curules y entienden que ellos tienen que llevar progreso. Necesitan llevar proyectos, luz, agua a sus comunidades y eso, casi el 100%, pasa de la mano de las gobernaciones.
El Estado central les da muy poco. Les promete mucho y les cumple casi nunca. Entonces, ellos entienden que necesitan hacer gestión y eso se hace de mano del gobernador. Yo le puedo asegurar que la mayoría de los indígenas está no con Creemos, no con el MAS, sino con la necesidad de hacer gestión.
¿Qué opina sobre el desbalance que hay en los legislativos departamentales donde no ganó el MAS, pero tiene mayoría en las asambleas?
Es pues un fenómeno interesante. Las reglas del juego te marcan eso, que puedes tú ganar la elección pero no tener mayoría en la Asamblea. Por supuesto que dificulta muchísimo el trabajo que se pueda hacer. No sé si habría que revisar ese sistema porque la verdad que complica mucho la gestión, pero es parte de la democracia. Son las reglas del juego y tal vez se pueda perfeccionar, pero son las condiciones con las que hay que tratar. Nosotros bajo esas condiciones hemos logrado acuerdos y entendimientos para igual poder seguir adelante.
Líderes del MAS decían en su campaña que no se puede coordinar con los gobiernos departamentales de oposición. ¿Qué opina al respecto?
Me parece un discurso vergonzoso. Por eso es que les fue como les fue, por eso les fue tan mal y perdieron seis de las nueve gobernaciones en Bolivia. Por esas amenazas de que “sólo vamos a trabajar con nuestros amigos”, las personas les dieron el voto castigo. La gente no quiere saber de peleas, ya no quiere saber de enfrentamientos, lo que quiere es hacer gestión y no está aquí para permitirse dejarse amenazar. Ese discurso es el culpable de que le haya ido tan pero tan mal al MAS en estas elecciones subnacionales.
¿Cómo será su relación con las demás gobernaciones donde ganó la oposición? ¿Buscará formar un bloque de unidad?
Con seguridad que nuestro gobernador va a buscar los acercamientos necesarios con todas las demás instituciones públicas: gobernaciones, municipios, etcétera. Para dar un ejemplo, le aseguro con 100% de certeza que el 100% de las gobernaciones, alcaldías y universidades de Bolivia van a salir y van a unir causa en torno a que se realice el censo y ése va a tener que ser un trabajo coordinado a nivel nacional.
No va a ser un tema de opositores u oficialistas, va a ser un tema de que la gente quiere que se repartan efectivamente sus recursos para poder cumplir con sus obligaciones a la población.
Después de finalizado este largo proceso electoral, ¿cómo ve la correlación de fuerzas en Bolivia?
Ya se viene dando hace tiempo un fenómeno en Bolivia: que la elección nacional no es parámetro de la elección subnacional. La gente sabe exactamente lo que quiere, sabe exactamente por quién va a votar y esto es un reflejo de eso, evidentemente los resultados están a la vista. Tienes seis gobernaciones que están en manos de la oposición, tres gobernaciones en manos del MAS.
El MAS ha equivocado el camino tratando de tachar a unos de leales o de desleales, de traidores. Hay un desgaste interno, el “dedazo” ha sido fuertísimamente castigado y las victorias como las de Eva Copa, las derrotas donde siempre el MAS era históricamente ganador... Entonces, bueno, hay que saber entender y leer esto, el continuismo forzado. Ya la gente no los quiere, ya la gente no los aguanta.
La gente no quiere saber de peleas, no quiere saber de confrontación, tiene una línea política sí, pero por sobre esas cosas lo que quiere es gestión, progreso y lo que sí no soporta es alguien que le mienta y que se quiera quedar en el poder a toda costa.