Medio: El País
Fecha de la publicación: martes 19 de junio de 2018
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Democracia paritaria
Dirección Web: Visitar Sitio Web
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“Desde que nos dedicamos a la dirigencia, a defender Tariquía, sufrimos mucha discriminación las mujeres que somos dirigentes, por estar en la dirigencia, por hablar, por decir lo que uno siente incluso de personas que son familiares”, denunció la secretaria general de la comunidad de San Pedro, Sofía Manzaneda Alcoba.
Las declaraciones las realizó en el marco del encuentro que hubo el domingo entre representantes de las 22 instituciones que integran la Plataforma Unidos por Tariquía con los dirigentes de las seis comunidades de la reserva que se verán afectadas por la exploración petrolífera que planea realizar el Gobierno plurinacional. “Antes no era así”, contó Manzaneda, recordó que vivían felices, tranquilos, no había diferencias entre todas las comunidades, había familiaridad. Pero que a partir de la marcha para defender la reserva, las dirigentes mujeres empezaron a sufrir discriminación y sienten que ya no tienen derecho a decir lo que piensa.
“No todos pensamos lo mismo, nosotros estamos defendiendo lo que la comunidad nos dice, lo que nos encomienda, la comunidad no quiere que se explore, soy dirigente a la cabeza, tengo que hacer lo que las bases dicen”, apuntó.
Violencia
Señaló que la violencia se expresa a través de la familia, de la pareja, cuando una es mujer y dirigente, las personas hablan mal de ella al marido, que salen a “hacer cosas malas”, así empiezan a meter cuentos y a veces les hacen pelear, todo para desanimarlas con el liderazgo.
“Ha veces una sufre, una llora, por todo eso lo que pasa –sostuvo- pero tenemos la fuerza para seguir luchando, hacemos lo que la comunidad nos manda nos encomienda hacer, la gente habla mal que estamos solos, que somos un grupo de locos, de traumadas, que somos vagas, flojas que no tenemos nada que hacer, que andamos mendigando, hablan de todo para las que estamos a la cabeza, que somos unas flojas que dejamos la casa, todo eso hablan”.
Por esta razón, participar del encuentro le pareció gratificante, lo que le anima a continuar porque ahora siente que es parte de un grupo grande, de una organización a nivel departamental que las apoya en la defensa de la reserva natural de Tariquía.