Medio: El Diario
Fecha de la publicación: martes 19 de junio de 2018
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Democracia interna y divergencias
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“Yo creo que su gente se siente frustrada (…) porque son gente como nosotros mismos, del pueblo, y se sienten frustrados con el partido porque según ellos son anticapitalista, pero en la realidad visitan lugares capitalistas y disfrutan cosas del capitalismo; entonces, su línea discursiva no es coherente con la práctica del MAS”, afirmó Rafael Quispe, diputado de Unidad Demócrata (UD).
AGRESIONES
Las sesiones de los parlamentarios se convirtieron en un escenario donde en cualquier momento se ven actitudes agresivas, entre los legisladores de uno y otro bando. Los más afectados, hasta la fecha, son los opositores, a quienes les escupieron, les echaron con agua y basura, pero los oficialistas también fueron blanco de escupitajos. Ambos bandos se dedican constantemente a lanzarse un gran repertorio de insultos y calificativos.
El último episodio fue el pasado sábado (16), en plena sesión de la Asamblea Legislativa, cuando Eva Mónica Copa, senadora del Movimiento Al Socialismo (MAS), le echó agua a José Carlos Vargas, diputado de Unidad Demócrata (UD), quien usó de la palabra en plena interpelación a Eugenio Rojas, ministro de Desarrollo Productivo. Se observó también que Sonia Brito, diputada del MAS, le lanzó una bola de papel.
Ante el ataque, el legislador se retiró del atril por unos instantes y volvió envuelto en un ponchillo de plástico, de ésos que se usan para protegerse de la lluvia, y continúa con su discurso.
Otro hecho bochornoso se produjo el 24 de enero pasado, cuando la diputada Juana Quispe, del MAS, escupió el bolo de coca que tenía en la boca contra Shirley Franco y Gonzalo Barrientos, diputados de UD.
Posteriormente, el 1 de febrero, en la sesión de la Cámara de Diputados, mientras se acercaba Rafael Quispe, diputado de UD, a la testera para aclarar un tema a la presidenta de Diputados, según su versión, le empezaron a jalar su chamarra, hasta tenderlo en el piso.
Y el 30 de marzo, Benita Suárez, diputada del MAS, arrojó con basura un vaso desechable contra el diputado Amilcar Barral, de UD, mientras sesionaban en la Comisión de Gobierno de la Cámara de Diputados.
En la gestión 2017, específicamente el 21 de agosto, se registraron agresiones entre el vicepresidente Álvaro García Linera y Norma Piérola, diputada del Partido Demócrata Cristiano (PDC), por una denuncia que hizo ésta sobre bases militares en territorio boliviano.
Otra agresión sucedió el 30 de mayo de 2017, cuando el diputado Víctor Borda, del MAS, hablaba con los periodistas, pero apareció en escena el exmagistrado Gualberto Cusi quien, después de hacerle reclamaciones, le escupió en la cara como una expresión de repudio al proceso judicial que le iniciaron en la Asamblea Legislativa.
ES RESULTADO DE UNA DERROTA
Según Carlos Cordero, analista político, la mayor derrota que tuvo el MAS, es en el referéndum constitucional del 21 de febrero del 2016, porque se les acabó su discurso, por eso los legisladores del oficialismo se ponen agresivos.
“El 21F es una victoria moral que se tiene sobre el MAS, después de todas sus posiciones se han vuelto muy difíciles en defenderse y, finalmente, creo que el oficialismo tiene una crisis interna, porque siente que están en vísperas de dejar el poder en las elecciones de 2019”, aseguró Cordero.
Asimismo, expresó que otro aspecto para tomar en cuenta es que, desde hace mucho tiempo, en el oficialismo acostumbran a mostrarse agresivos en defensa de su partido y del Presidente, pero es solo con el objetivo de que los admiren y digan que se pelean por el Gobierno.
“Tienen esa mentalidad y actitud agresiva, porque quieren ganar cierta notoriedad, ya que al interior del MAS los que pelean, escupen, empujan y gritan son vistos como personas valientes y que con todo tienen que defender a su jefe, con lo que se sienten héroes y valientes”, manifestóCordero, analista político.