Medio: El Deber
Fecha de la publicación: martes 19 de junio de 2018
Categoría: Legislación electoral
Subcategoría: Leyes nacionales y decretos reglamentarios
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Asegura que el proyecto de ley de organizaciones políticas no fue hecho para beneficiar o perjudicar a algún partido. Buscan transparentar los recursos que reciben candidatos
El proyecto de ley de organizaciones políticas fue presentado la pasada semana por el Tribunal Supremo Electoral y se prevé que sea debatido en el Legislativo en los próximos meses.
En términos generales, ¿cómo se elaboró este proyecto de ley?
Hemos
impulsado un proceso grande de construcción participativa a través de
jornadas de deliberación en todo el país, no hemos querido que un equipo
técnico haga una propuesta y después recién se legitime. Hemos
realizado una revisión técnica y jurídica de las actuales normas, la Ley
de Partidos de 1999 y la Ley de Agrupaciones Ciudadanas de 2004. Nos
tomó desde mayo hasta noviembre del año pasado y los primeros meses de
este año se fue afinando la propuesta.
Este proyecto de ley es muy sólido, muy consistente técnicamente y fino, contiene 105 artículos distribuidos en cinco títulos, diferentes partes, tres disposiciones transitorias y una abrogatoria. El presupuesto para su elaboración fue mínimo, en parte de la cooperación internacional, y nosotros hemos dispuesto recursos para los talleres.
¿En qué se diferencia esta norma de las leyes de partidos y agrupaciones?
Hay
varias sustantivas, la primera, formal, pero importante, concentramos
en un solo cuerpo lo que son dos leyes distintas, separadas y, a veces,
incongruentes, dejarán de existir esas dos y solo habrá un cuerpo
normativo. Las dos anteriores normas están pensadas en una concepción de
elecciones, voto individual y partidos, esa era su idea de democracia,
en esta ley hablamos de democracia en plural, no solo hablamos de
elecciones sino de los mecanismos de la democracia directa y
participativa, y hablamos de la democracia comunitaria, no solo hablamos
de derechos individuales sino de derechos colectivos.
Hay una
innovación para el país que es la elección de binomio presidencial en
elecciones primarias, obligatorias, cerradas a la militancia,
administradas por el Tribunal Supremo Electoral y vinculantes. Ese tema
está como propuesta y su aplicación será progresiva, dependiendo de las
condiciones técnicas y presupuestarias que tendrá que evaluar la
Asamblea para ver si es viable o no implementarla para las próximas
elecciones, pero sí tendría que hacerse antes de 2024.
¿El TSE tiene la capacidad de implementar esto en 2019?
Eso
es lo que tenemos que evaluar en un reglamento. La complejidad técnica
tiene que ver con los padrones de militantes, hay organizaciones que
están actualizando o ampliando, tenemos que estudiarlo con mucho
cuidado, después no existen otras complicaciones porque es administrar y
organizar pequeñas elecciones y habrá que ver el presupuesto, porque
está previsto que se hagan las primarias con recursos públicos.
¿Cómo incorporan el tema de la paridad en la propuesta?
Este
proyecto transversalmente está cruzado con un fuerte régimen de género,
garantizamos la paridad democrática de mujeres en dirigencias,
jefaturas, representaciones, establecemos mecanismos para impulsar la
participación de mujeres y establecemos previsiones para prevenir,
tramitar y sancionar esos casos de violencia y acoso político contra las
mujeres. No contempla el tema del binomio, que está en otra ley
tramitada en el Legislativo, nos lo han mandado en consulta y tiene que
ver en una reforma a la Ley de Régimen Electoral.
¿Qué pasa con el financiamiento a los partidos?
Es
una innovación muy valiosa, es un sistema mixto que combina
financiamiento privado con restricciones, que no pueden recibir recursos
de empresas del Estado, de entidades extranjeras, de casas de azar, de
religiones, todo aquello que implique que se pueda volver un mecanismo
de presión o de algún ilícito, entonces se suma el fortalecimiento
público, a través del cual se otorgan franjas electorales en cuanto al
acceso de medios. Lo novedoso es que no damos marcha al pasado, cuando
se les daba plata a los partidos, lo que hacemos ahora es no darles ni
un boliviano, pero si estimamos entregar un 20 por ciento más de lo que
cuesta llevar adelante una elección y en años no electorales se prevén
recursos para capacitación, deliberación e investigación.
Tiene
un fuerte componente de transparencia, fiscalización y rendición de
cuentas, para que tanto el patrimonio como los recursos que utilizan en
procesos electorales, que son como una caja negra, no se conoce de dónde
provienen, en qué se gastan y cómo se administran.
¿No temen que el Legislativo cambie el proyecto?
Es
parte de la dinámica de la Asamblea, haríamos mal en creer que vaya el
proyecto como fardo cerrado y lo aprueben, aquí hemos hecho nuestro
mejor esfuerzo, pero asumimos que existirán mecanismos de decisión y
confiamos en que se mantenga la base principista de la norma. Nada de lo
que está aquí está en función de cómo puedan perjudicar o beneficiar en
una eventual elección o a un candidato.