El defensor del Pueblo, David Tezanos Pinto, y su esposa, Kary Arias, protagonizan estos días una especie de miniserie televisiva por capítulos en las redes sociales.

   En el primer capítulo un grupo de activistas contra la reelección hicieron un escrache a la pareja en un café de Santa Cruz.

En el segundo capítulo, el Defensor consideró que es víctima de agresiones de quienes no le perdonan por ser marxista.

En el tercer capítulo, que es el que más alcance de público ha tenido, la esposa del Defensor calificó a las personas que increparon al Defensor como “grupúsculo carnavalesco” y “grupo de jovenzuelas con lenguas más largas que sus uñas”. En fin, le puso ajos, pimienta y picante a su comentario.

El cuarto capítulo fue protagonizado por miles y miles de personas que comulgan con el “Bolivia dijo No” y que se explayaron en ataques a la flamante esposa del Defensor, a quien le recordaron hasta aspectos de su pasado. 

 Sin duda, de ambos lados hay rasgos de intolerancia y, a juzgar por los resultados de los dichos, el Defensor hubiera salido ganando con el bajo perfil de su esposa.