Esto ocurre con grupos que luchan en contra de la discriminación, por ejemplo, colectivos que promueven el matrimonio igualitario, los derechos de la comunidad homosexual: lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT), o los derechos de grupos vulnerables de la población.

No obstante, opositores radicales al proceso de cambio asumieron como suya esa denominación y camuflados en ‘colectivos ciudadanos’ conspiran e implementan acciones violentas, y con un discurso lleno de medias verdades o mentiras completas intentan deslegitimar al gobierno del presidente Evo Morales.

El pasado viernes, uno de esos grupos —con una generosa cobertura mediática— agredió de palabra al defensor del Pueblo, David Tezanos Pinto, y a su esposa en un café de la avenida Monseñor Rivero de Santa Cruz y les exigió “respeto el 21F”.

“Mientras nosotros encontremos a alguien del Gobierno, en cualquier lugar, le vamos a recordar que Bolivia dijo no”, gritó una de las mujeres y un varón le increpó por la lamentable muerte del universitario de la UPEA Jonathan Quispe. “Hay denuncias, hay investigaciones y hay resultados, el culpable está detenido”, atinó a responder Tezanos Pinto.

La oposición olvida que el Defensor del Pueblo no fue nombrado por el Gobierno, sino por la Asamblea Legislativa en uso de sus facultades constitucionales, por lo que su elección es fruto de la democracia.

Los hechos desvelan que si bien los portavoces de la oposición no dan la cara, ellos dan la línea política a quienes actúan bajo el nombre de ‘colectivos ciudadanos’ y han hecho causa de vida decir no a toda iniciativa del Gobierno, sin importar si con ello atentan contra el desarrollo del país y de las regiones.

Entonces, queda claro que los ‘colectivos ciudadanos’ son la punta de lanza de una oposición sin brújula ni propuestas, pero que complota contra el país y contra Evo.