Medio: El Diario
Fecha de la publicación: sábado 10 de abril de 2021
Categoría: Autonomías
Subcategoría: Municipal
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Son conocidas las posiciones que asumen quienes ocuparan cargos de munícipes para atender asuntos del municipio y, de inicio, al servicio de cada uno. Esa es la experiencia que nadie se atreve a superar y corregir porque cada nuevo concejal se cree dueño del cargo y debe aprovechar lo más posible. Empezando por la presidencia del Concejo y luego de comisiones o grupos encargados de cualquier función, cada uno busca para sí “lo que su partido le prometió”: “Trabajar sí; pero, a favor del partido. Lo demás, que espere...”. Esto ha primado siempre y para todos, poco o nada importa el municipio y menos estar a su servicio. Cada alcalde está a la espera de lo que digan los concejales y tropieza con “trancas” y oposición de uno y otro lado. De ahí proviene el dicho: “Hay buen alcalde si hay dinero y si los concejales lo dejan trabajar” porque es sabido que sus miembros, al decir que son “honorables” saben y conocen todo y que el alcalde debe estar a órdenes de ellos, lo descomponen todo y cada uno solo aprovecha como puede la situación.
Habría que esperar que los concejales o munícipes entrantes entiendan que su función debe estar al servicio de la Alcaldía y que ellos no tienen que servirse de ella; que comprendan que su sueldo es muy alto y deben hacer honor a ello. Lo cierto es que, además, se les debería pagar una dieta por sesión asistida y no como sueldo. Si faltan, habría que descontarles el monto que se pague a suplentes; esto sería lo justo; pero, ¿habrá suficiente honradez para proceder como se debe? A la colectividad de cada municipio no le queda más que desear que alcalde y munícipes cumplan con sus deberes y responsabilidades abandonando la costumbre de “carnavalear” a costa de las ciudades y su magro presupuesto.