Medio: ABI
Fecha de la publicación: jueves 25 de marzo de 2021
Categoría: Conflictos sociales
Subcategoría: Marchas, bloqueos, paros y otros
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En el último tiempo, la abundancia de cabildos fue cobrando mayor atención mediática que los resultados electorales del pasado 18 de octubre y 7 de marzo. En la actualidad, un cabildo goza de mayor “legitimidad” y sus oradores de mayor impunidad al momento de atribuirse la voz regional, por lo que la masiva atención mediática que se brinda a estos eventos nos impide ver lo que sucedió electoralmente en algunos departamentos.
El mejor ejemplo de esto es Santa Cruz, donde la masiva cantidad de cabildos nos vendió una región homogénea, un liderazgo predominante y una institucionalidad regional que no tiene ningún rechazo en el departamento. Sin embargo, si empezamos a analizar el fenómeno electoral ocurrido en las pasadas elecciones subnacionales, podemos ver que Santa Cruz no se asemeja a una región homogénea, que tampoco el liderazgo de Luis F. Camacho goza de apoyo unánime en las provincias y que el proyecto de Creemos no se encuentra secundado por un gran número de alcaldes, concejales y asambleístas departamentales.
Si nos remitimos a la reciente composición de la Asamblea Departamental cruceña, podemos ver que Creemos no consiguió la mayoría, sino que solo obtuvo 11 de los 28 asambleístas, por lo que estará obligado a negociar con el MAS-IPSP (11), ASIP (1) y con los 5 asambleístas de los pueblos originarios que serán esenciales para la gobernabilidad del departamento. A su vez, es importante destacar el incremento de asambleístas por territorio que obtuvo el MAS-IPSP (8) a diferencia de los 3 obtenidos en 2015. De igual manera, destacar que Creemos solo obtuvo 7 de los 54 municipios en juego, mientras que el MAS-IPSP obtuvo 28 mejorando ampliamente el número de municipios (21) obtenidos en 2015.
En lo que refiere a la votación para gobernador y vicegobernador, la fórmula de Creemos obtuvo 860.023 votos (55,64%), frente a la fórmula del MAS-IPSP que consiguió 589.978 votos (38,17%). Sin duda, la figura de Cronenbold le permitió al MAS-IPSP conciliar dos cuestiones que hasta la fecha eran opuestas: la cruceñidad y pertenecer al MAS-IPSP, por lo que la buena campaña del ex alcalde de Warnes, allanó el camino para la victoria en 7 de las 15 provincias cruceñas superando así, el 31,80% obtenido por Rolando Borda en las subnacionales (2015) y el 36,21% obtenido por Luis Arce en las elecciones generales.
Paradójicamente, el crecimiento del MAS-IPSP se da en un departamento que ha visto en aumento los discursos radicales y regionalistas, y que a lo largo de estos meses tanto Luis F. Camacho como el Comité Cívico pro Santa Cruz han profesado el antimasismo más furioso para obtener réditos políticos. No obstante, visualizando el mapa electoral del departamento queda en evidencia que ese discurso cala mayormente en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, donde Camacho obtuvo la gran diferencia gracias al 63,28% de los votos, frente a solo el 32,05% de Cronenbold, que pese a todo logró un correcto resultado a sabiendas que el MAS-IPSP siempre obtuvo reveses electorales en la capital cruceña.
En este sentido, podemos ver que los cabildos están lejos de representar una radiografía de los departamentos debido a que se han convertido en tarimas instrumentalizadas para catapultar figuras y generar microclimas políticos sobredimensionados por la prensa. De modo que, estos eventos difieren del sentir general de la población, dado que, si observamos a detalle, uno podrá ver que Santa Cruz está experimentando grandes cambios políticos en su interior y que le tocará por primera vez a Luis F. Camacho la difícil tarea de gestionar el departamento más poblado en un contexto de crisis económica y pandemia, donde deberá consensuar con un MAS-IPSP que luego de lo ocurrido en 2019, pudo reordenarse y obtener los mejores resultados electorales de su historia en el departamento considerado el bastión de la derecha boliviana.