Medio: Opinión
Fecha de la publicación: lunes 15 de marzo de 2021
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones subnacionales
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Frente a esos ejemplos nimios, se constata que en otras regiones mayores de la geografía nacional, frentes y facciones desgajadas del partido oficialista, sin arrear principios ideológicos fundamentales que los caracterizan, pero sí, condenando el totalitarismo, endiosamiento y las prácticas nada democráticas demostradas por su matriz durante 14 años, participan activa y militante en la contienda electoral y en muchos casos con éxitos sorprendentes como es el caso de El Alto, bajo la divisa de conclusión de los amarras huatos.
El fracaso electoral asola al estratega del partido que tomó el poder, no como inquilino, sino como propietario absoluto, al extremo tal, que luego de proclamar falsamente victoria asegurando que la derecha solo ganó en Santa Cruz, alegando compromisos ineludibles, se ausentó raudamente del país, como quien huye y rehúye responsabilidades
Ante ese panorama no esperado surgen las voces que exigen rendición de cuentas señalando culpables; una de ellas que en particular llama la atención es la de Ramón Loayza, o fundador del movimiento y una especie de hijo pródigo de esa tienda política, quien de manera categórica convoca a la desobediencia y el desconocimiento de su jefatura nacional, se alinea dentro el discurso del vicepresidente y proclama desobediencia a las directrices del jefe supremo argumentando que el líder cocalero es dependiente de Cuba y Venezuela. Una verdad de Perogrullo, que antes de ahora, solo se esgrimía como rumor.