Al parecer, la norma electoral es para unos cuantos, todo dependerá de quién tenga más poder en el marco de un proceso de elecciones. Si tienes posibilidad de ganar y no eres del partido de gobierno, es probable que quedes fuera del juego y que tu carrera electoral se termine. 

En el caso de Cochabamba, si se tenían los motivos suficientes, ¿por qué no inhabilitaron a Reyes Villa desde el inicio de la etapa correspondiente y esperaron a que se genere todo lo que está sucediendo; o el cálculo político les jugó una mala pasada?

Si una persona está inhabilitada por motivos ya explicados, ¿por qué se cambian acciones y se entra al juego de aceptar, rechazar y aceptar una candidatura en el TSE? Mientras aparecían las habilitaciones e inhabilitaciones, el panorama electoral nos fue mostrando lo que podría suceder el próximo 7 de marzo, con encuestas que nos reflejan una perspectiva.

Ahora hablar de encuestas es bastante interesante; los que aparecen perdiendo, en el caso de las ciudades capitales, rechazan e incluso piden investigaciones a las encuestas y encuestadoras, se ven perjudicados porque creen que su realidad es otra. Así tuvimos a un Evo que salió a criticar encuestas y a deslegitimizarlas, declarando que no son reales y, claro, se ve a un MAS que no puede con muchos candidatos que se ponen por delante de los que están pintados de azul. Tal vez sería mejor que un Evo salga a decir que se equivocó a la hora de elegir con su poderoso dedo a sus postulantes, como sucede en El Alto, donde una Eva Copa tapa bocas y muestra que no solo es el partido, sino también la persona.

En muchos casos, parte de la población siente que se quiere dañar a las candidaturas que tienen opción de llegar a municipios y gobernaciones, usando el poder de unos cuantos y dejando de lado la verdadera opción de elegir. El voto tendría que representar a cada ciudadana y ciudadano habilitado para la contienda electoral, con las opciones bien marcadas desde el inicio de un proceso como tal, sin embargo, se dan y no se dan respuestas poniendo al votante en un mar de confusiones.

De todas maneras, Bolivia irá a las urnas y elegirá a sus nuevas autoridades; espero que podamos elegir dentro de un universo de opciones claras, que gane quien realmente se lo merece y no un segundo o tercero que bien no podría tener ni la más mínima opción de llegar a ser un alcalde o un gobernador.