Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: martes 02 de marzo de 2021
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones subnacionales
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La campaña electoral que está a punto de concluir no fue una taza de leche, particularmente en el Chapare, donde las candidatas opositoras al MAS sufrieron hostigamiento y violencia por el solo hecho de haberse atrevido a postular por un partido diferente del que domina en la zona.
Por ejemplo, la candidata del Movimiento Tercer Sistema (MTS) en Entre Ríos, Julia Calle, denunció que intentó cerrar su campaña en un lugar público y que le lanzaron gas lacrimógeno, y que luego se llevó el evento a su casa, la que fue apedreada, por lo que tuvo que huir por la ventana, para declararse en la clandestinidad.
Entre tanto, la candidata por PanBol en Puerto Villarroel, Juana Rojas Choque, tuvo que cerrar su negocio porque sacaron votos resolutivos amedrentándola para que se vaya de la población.
Estas acciones son una muestra de que en el Chapare no hay democracia ni ley que valga. Allá manda el MAS a través de los sindicatos cocaleros y toda persona que se desmarque sufre las consecuencias. Frente a estos hechos, el TSE tendría que decir algo, ya que nada se puede esperar de los otros órganos del Estado.