Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: domingo 28 de febrero de 2021
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones subnacionales
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Lo que tendría que ser, en siete días, la ratificación de la voluntad de vivir en democracia que anima a los bolivianos, está en riesgo de convertirse en una jornada marcada por la desconfianza y –en el caso de Cochabamba, al menos para más de la mitad de los electores– la indignación.
Desconfianza e indignación provocadas por la decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de inhabilitar al candidato para alcalde que, según todas las encuestas de preferencia electoral, tiene el respaldo de más del 50% de los votantes.
La determinación del TSE de inhabilitar a Manfred Reyes Villa, candidato opositor al MAS, es resultado de decisiones tomadas por el Tribunal Supremo de Justicia, en un caso que estaba inerte en esa instancia judicial desde hace cinco años y se reactivó por una iniciativa masista, oportuna para perjudicar al postulante favorito de los electores.
El afán del MAS por perjudicar esa candidatura llegó al extremo de que el Ministro de Justicia, en persona, se ocupe de examinar el asunto y proclame, de manera pública, que “corresponde la inhabilitación de Manfred Reyes Villa”. Una acción que, junto a otras dirigidas a otros candidatos opositores, nos motivó a decir, hace unos días en este mismo espacio, que los resultados de esos estudios parecen desesperar al MAS, pues el único de sus candidatos, en el eje central del país, con perspectivas de ganar es el que aspira a la Gobernación de Cochabamba.
Y es en Cochabamba donde parece que se repetirá lo ocurrido en Beni en 2015, nueve días antes de los comicios subnacionales de entonces, cuando el TSE resolvió anular la personería jurídica de Demócratas y dejar fuera de la carrera electoral a su candidato a gobernador.
Indignados, los dirigentes políticos opositores, igual que numerosos ciudadanos –e incluso otros candidatos a la alcaldía de Cochabamba–rechazan la inhabilitación y critican la actitud del TSE y del Órgano Judicial.
El directo afectado manifiesta confianza en la corrección del TSE, porque la decisión de inhabilitarlo, motivada por una deuda suya al Estado, puede revertirse como efecto de un recurso presentado a ese tribunal, con la prueba de que ya pagó esa deuda.
“Pido a la familia cochabambina que tengamos calma, (…). Imagino que estamos en un Estado de derecho, imagino que el TSE va a validar el pago y nos va a habilitar”, dice el candidato inhabilitado. Y eso tendría que ocurrir en aplicación de la ley. Pero el empeño masista por anular la postulación de Reyes Villa cuenta con otro recurso, éste, basado en una decisión del Tribunal Constitucional que parece hecha específicamente para perjudicarlo.
El TSE tiene la última palabra y la ocasión de demostrar, o no, que es el último baluarte institucional de la democracia.