Pasado mañana, miércoles, concluyen las campañas para los comicios del próximo domingo en los que, además de elegirse a nuevas autoridades subnacionales, lo que parece estar en juego es el futuro del partido gobernante. Y también la confianza ciudadana en el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Eso por la importancia de los departamentos del eje en términos poblacionales –ahí se concentra más del 80% de la población del país–, económicos y políticos. Santa Cruz es la región que aglutina los mayores capitales, La Paz es la sede de gobierno, Cochabamba, el bastión cocalero y del MAS, y la participación del candidato con más posibilidades de ganar la alcaldía de Cercado está en manos del TSE.

Marcadas por las encuestas de preferencia electoral en esos departamentos, sus ciudades capitales, y El Alto, y la presión judicial contra algunos candidatos opositores, las expectativas sobre el resultado de las urnas se han centrado en el eje, de manera especial por la importancia que otorga el partido gobernante a esa gobernaciones y alcaldías. “Tenemos dos opciones, unirnos o hundirnos finalmente”, decía el jefe del MAS, ayer en el Chapare, resumiendo quizás la crisis que afecta a su partido desde que comenzaron a definirse las candidaturas.

El control de Cochabamba y del Chapare, donde se produce la mayor cantidad de coca excedentaria que se destina al narcotráfico, parece estar resuelto. El candidato del MAS a la gobernación encabeza con amplia ventaja las encuestas. Pero la alcaldía de Cercado, no, pues aunque el TSE persista en la inhabilitación del aspirante con perspectivas seguras de triunfo, es improbable que el oficialista triunfe.

La gobernación de La Paz tampoco parece ser un problema para el oficialismo, Pero, igual que en Cochabamba, un opositor se perfila como el futuro ganador. Y en El Alto es prácticamente seguro el triunfo de la postulante disidente del MAS. En Santa Cruz, el candidato de Creemos podría ganar en primera vuelta. Y la alcaldía de la capital departamental se disputará entre dos opositores.

En tres días concluyen las campañas, pero el denominado “silencio electoral” que comienza el jueves y que tendría que ser un periodo sereno de reflexión para los electores, podría, ser más bien, uno turbulento. Ello debido a lo que puede ocurrir con la candidatura de Manfred Reyes Villa, cuya inhabilitación, como resultado de maniobras judiciales, tendría que ser revertida debido al no existir más la causa que motivó esa decisión. Pero, aun si el TSE revierte su inhabilitación, existe la posibilidad de que lo excluyan debido a una decisión de justicia sobre su residencia en los dos años recién pasados. Comienza así un periodo de incertidumbre acerca de la confianza en la imparcialidad del TSE.