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Medio: El Día
Fecha de la publicación: viernes 26 de febrero de 2021
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones subnacionales
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Casi sin voz, sudado, de una tarima a otra, con collares indígenas multicolores y arriba de camiones está el expresidente de Bolivia, Evo Morales, por intentar torcer el fracaso de los candidatos de la izquierda en las encuestas cuando tan solo resta un poco más de semana para los comicios donde se elegirán el 7 de marzo a 300 alcaldes y nueve gobernadores.
Los resultados de los sondeos de opinión de CiesMori arrojan en El Alto, su bastión político, que 70 % de intención de voto es para Eva Copa, la exsenadora y expresidenta del Senado por el MAS que abandonó sus filas para unirse a una agrupación indígena.
En las principales ciudades, como La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, el MAS tampoco tiene el apoyo que se esperaba. En La Paz, Iván Arias de Somos Pueblo y exministro de la expresidente interina Jeanine Áñez encabeza las encuestas con el 42,5 % frente a César Dockweiler del MAS, quien se queda con el 23,7 %.
En la región de Santa Cruz, la más crítica al partido de gobierno, con una diferencia mínima, el candidato de Unidad Cívica Solidaridad (UCS), Jhonny Fernández, encabeza las preferencias electorales con el 29,5 %; muy cerca está Gary Áñez (CC) con el 27,7 %. Le sigue en el tercer lugar la alcaldesa interina de Santa Cruz de la Sierra, Angélica Sosa (SPT) con el 13 % y el cuarto lugar es que aparece Adriana Salvatierra del MAS con el 8,4 %.
En desesperación electoral
Los datos divulgados por el Correo del Sur desesperan a Morales. En cuenta en Twitter asegura que es “importante que los pueblos identifiquen cuáles son los enemigos internos y externos a los que no les interesa la vida de las mayorías. Tenemos la obligación de organizarnos y fortalecer nuestros movimientos sociales para luchar pacíficamente”.
Así justifica su participación en la campaña electoral por todos lados. Se olvidó del COVID-19 que padeció y de los tapabocas para recorrer los puntos críticos. En su red social promueve los encuentros porque es la «recta final».
Evo también protagoniza las «Caravanas del Triunfo» a las que califica de «impresionantes» desde sus redes sociales para impulsar su mensaje de «aliento, fuerza y optimismo».
Encuestas con censura
“Siempre en las encuestas nos va mal, pero bien en las elecciones” declara Evo en un intento por mostrar incredulidad y menosprecio a los sondeos de opinión, recoge La Razón. Sin embargo, los hechos lo contradicen.
Los diputados de su partido azul trabajan en un proyecto de ley contra “la desinformación” de las encuestas que le atribuya al Tribunal Supremo Electoral (TSE) la facultad para regularlas. La iniciativa tiene su mano. No lo puede ocultar. Antes del anuncio confesó que “tarde o temprano” sancionarían a las firmas juegan con los sentimientos y las pasiones del electorado.
Con esa justificación, el MAS arremete contra las encuestas por otros dos flancos. En primer lugar, desde la dirección del partido, en manos de Evo Morales, quien las llama “encuestas engañosas”. Del mismo modo se hace desde las candidaturas donde abanderados como Zacarías Maquera, en El Alto, asume que los estudios de opinión “lo odian, discriminan y son racistas”.
Chantaje socialista
A la sombra de Evo Morales, el presidente Luis Arce también se embarcó en la campaña electoral con “chantajes autoritarios” y el uso de bienes estatales para intentar remontar las proyecciones negativas de las candidaturas revela EjuTv.
A 100 días de su mandato junto a estrategas de su partido despliegan en paralelo la judicialización de la política para anular a candidatos que se proyectan como indiscutibles ganadores en varias plazas que el MAS pretendía controlar.
Arce ya recorrió varios municipios del país y en su paso amenazó con paralizar el trabajos del gobierno central por las regiones en caso de que los candidatos del MAS no ganen los comicios. Sus advertencias subieron de tono cuando además condicionó la vacunación contra el coronavirus al apoyo electoral a sus candidaturas.
Lo hizo en Cobija, Tarija, Santa Cruz, La Paz, Oruro y Potosí. “Es muy importante que el gobierno nacional tenga autoridades departamentales y municipales con las que se pueda coordinar. Si no tenemos autoridades con las que se pueda coordinar a nivel de departamento y municipios, va a ser difícil que el gobierno nacional pueda ayudarles”, dijo Arce en Pando a finales de enero.
No obstante, el boliviano fue más allá este mes y pidió a la población de Santiago de Huari, Oruro, “elegir los mejores hombres y mujeres” mientras que en Huanuni presionó a los votantes para que “sepan elegir su alcalde y su gobernador”.
En el mismo estilo de Evo Morales quien hace una semana pidió los votos de la población del Beni para los candidatos del MAS con la promesa de concluir la cuestionada carretera por el corazón del TIPNIS (Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure).
Acusaciones estratégicas
La judicialización activada por el MAS en contra de Manfred Reyes Villa, el candidato que supera en 40 puntos al candidato masista para el municipio de Cochabamba refleja el accionar de la dupla Arce-Morales. Otro candidato acosado por la justicia que controla el MAS es Rafael Quispe, el Tata, quien disputa los primeros lugares para la gobernación de La Paz.
Las amenazas de juicio también se ciernen sobre la cabeza de Eva Copa, la joven líder despreciada por Evo Morales, que de continuar las tendencias dejará con un triste 10 % o menos al candidato del dedazo por el MAS en la ciudad de El Alto, Zacarías Maquera.
Desesperación en hechos
Los socialistas bolivianos también activaron el vandalismo político con ataques a caravanas, amenazas a candidatos de otras tiendas políticas.
La candidata a la Alcaldía de Puerto Villarroel por Pan-Bol, Juana Rojas, fue forzada a declararse en la clandestinidad por las amenazas y el amedrentamiento de correligionarios del MAS.
Una caravana de la alianza política Súmate, de Manfred Reyes Villa, también fue atacada con piedras, palos y excremento por militantes del MAS en Cochabamba. Pese a las denuncias los ataques no cesaron, al contrario, adquirieron ribetes criminales cuando los militantes de esa agrupación fueron atacados con una bomba de gas lacrimógeno en un acto de campaña.
Y todo esto ocurre en medio de violentos enfrentamientos entre los trabajadores de la salud y la policía en Bolivia cerca del Palacio Quemado ante la decisión de Arce de prohibir el derecho de protesta mientras dure la pandemia, por la contratación de personal médico extranjero. /PanamPost