Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: miércoles 24 de febrero de 2021
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones subnacionales
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Este es un tema realmente deplorable de cómo se maneja el Estado en Bolivia. Nada menos que el viceministro de Educación, Bartolomé Puma, dijo en un acto político en la localidad de Puerto Quijarro que los funcionarios públicos deben hacer campaña a favor del MAS. En ese sentido, Puma pidió una lista de los empleados públicos que hasta ahora no han sido parte de acciones proselitistas a favor del oficialismo.
En una sociedad institucionalizada, uno pensaría que el viceministro de Educación pasa sus horas intentando resolver los enormes problemas que tiene ese sector, especialmente en un año de pandemia, en el que sólo una minoría asiste a clases presenciales y el resto intenta, como puede, acceder a lecciones virtuales.
Pero no, al parecer el viceministro Puma no tiene todo el interés que se esperaría de su cargo en mejorar los estándares de la educación boliviana, que se ubica en los últimos lugares de América Latina, como lo reveló un reciente ranking elaborado por la Unesco. Puma debe pensar que el pago que recibe de los contribuyentes es para que él trabaje por su partido, no por la sociedad boliviana.
Peor que ello ha sido la reacción de las más altas autoridades del Estado. El ministro del sector, Adrián Quelca, dijo que tras tomar conocimiento de esas declaraciones, le hizo “la reflexión correspondiente” a Puma. “Le hemos pedido que no involucre al Ministerio de Educación en este asunto (campaña política)”, como si su despacho no tuviera nada que ver con las acciones del viceministro.
Tampoco el presidente Luis Arce ha tomado ninguna medida ante esta falta y la ministra de la Presidencia emitió un comunicado anodino en el que dijo que los funcionarios públicos no pueden ser obligados a participar en eventos políticos. Tal vez María Nela Prada debería darse una vuelta por las oficinas públicas y enterarse de que los servidores nuevamente están forzados a participar en manifestaciones a favor del MAS, sobre todo el fin de semana, como fue entre 2006 y 2019. Decenas de personas así lo denuncian en reserva. Prada, por lo visto, no se ha enterado.
Las mismas características de la larga gestión del gobierno de Evo imperan ahora con funcionarios de alto nivel distraídos en acciones políticas en vez de realizar el trabajo para el que fueron designados. Es tan natural esta actitud de servirse de la función pública para fines proselitistas, que esta misma actitud se ha visto en la Alcaldía de Santa Cruz. Algo tenemos que hacer como ciudadanos para frenar estos abusos, para que los espacios públicos dejen de ser tiendas partidarias y los funcionarios fichas que se mueven por los intereses de los jerarcas de las militancias.