Medio: El Día
Fecha de la publicación: jueves 18 de febrero de 2021
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones subnacionales
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Afirmó que las alcaldías son las instancias del estado que mayor impacto tienen en la calidad de vida de las personas y por eso mismo es tan importante tener buenos candidatos, propuestas atinadas y especialmente, ciudadanos que sepan elegir bien.
Desde ya festejamos que alguien diga la verdad sobre la política, especialmente de “la pesada” que en nuestro caso está conducida por el gobierno nacional, extremadamente centralista, a tal punto que un solo individuo, el presidente, maneja más del 80 por ciento de los recursos estatales, mientras que el resto, lo controlan los cerca de 360 municipios, nueve gobernaciones y nueve universidades públicas. Esta realidad por sí sola explica la tragedia de Bolivia, la ineficiencia del estado y el casi nulo impacto que tienen en la sociedad las decisiones tomadas en la Plaza Murillo. Así se construyan canchitas de fútbol, súper plantas de urea o ingenios azucareros en medio de la selva, el resultado es el mismo: despilfarro sin ton ni son, falta de cálculo económico y ausencia de beneficio, con un alto costo para el ciudadano que solventa todo eso sin recibir nada a cambio.
Pese a que todos saben lo malo que es el centralismo y que es señalado como el peor de los males de América Latina, no hacemos nada por cambiar y girar hacia la revolución que hicieron países como Suiza, Bélgica y muchas otras naciones que tienen niveles de desarrollo y calidad de vida similares, donde las instancias nacionales casi no se ocupan de nada más que de la seguridad, la diplomacia y la gran infraestructura, en tanto que los municipios son los que atienden el resto, con altísima eficacia en la atención de los problemas, con niveles de competitividad envidiables, pues están más cerca de las cosas y especialmente, porque tienen al vecino mucho más atento para supervisar, controlar y ajustar las clavijas cuando hace falta.
A lo mejor los niveles de corrupción son los mismos, pero a una alcaldía no le perdonan ni un bache, siempre le echan en cara las inundaciones, la falta de canales, la presencia de basura en las calles, la necesidad de alumbrado público y ojalá le entregaran todos los recursos y la responsabilidad de las escuelas y los hospitales, porque así veríamos inmediatamente las mejorías, mientras que con el monstruo de tres cabezas que tenemos hoy sólo nos queda aguantar y tragarnos las burlas del presidente Arce.
La municipalización de la administración pública mejora la gobernanza de un país y si bien persisten las irregularidades y torpezas que sólo podrían subsanarse a través de la privatización de los servicios, la eficacia de las políticas, la calidad de las obras y la atención de las necesidades es radicalmente mayor, sin importar tampoco la aptitud de los candidatos, aunque en este aspecto, los bolivianos necesitamos esforzarnos, pues muchos de los aspirantes sólo infunden espanto.
A lo mejor los niveles de corrupción son los mismos, pero a una alcaldía no le perdonan ni un bache, siempre le echan en cara las inundaciones, la falta de canales, la presencia de basura en las calles, la necesidad de alumbrado público y ojalá le entregaran todos los recursos y la responsabilidad de las escuelas y los hospitales, porque así veríamos inmediatamente las mejorías