Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: jueves 18 de febrero de 2021
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones subnacionales
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La estrategia de campaña electoral del partido en función de gobierno para las elecciones subnacionales del primer domingo de marzo apela sin inhibiciones a recursos que atentan contra los valores democráticos. Ese aspecto tendría que ser tomado en cuenta por los electores a la hora de sufragar, pues la permisividad en las acciones ejecutadas con el fin de conquistar el voto ciudadano es una señal de la corrección y apego a las leyes, o la falta de ellas, con las que desempeñarán sus funciones los candidatos masistas, si resultan elegidos.
Esa evidente relación parece estar ausente de la estrategia de campaña que lleva adelante el MAS, como se lo constata desde hace cerca de dos semanas cuando el Jefe de Estado comenzó a aprovechar los actos oficiales que preside para señalar de manera pública, y reiterada, que sería bueno que los gobernadores y alcaldes que vayan a ser elegidos el 7 de marzo sean aquellos que puedan “coordinar” con su Gobierno.
Por ejemplo, el sábado 6 de febrero, en la comunidad de Vichajlupe, en el municipio de Santiago de Huari, Oruro, el Presidente afirmó que “Todo lo que hemos venido haciendo en nuestro Gobierno ha sido producto de una muy buena coordinación con nuestra alcaldesa, con nuestro gobernador y se vienen las próximas elecciones donde también quisiéramos tener un gobierno departamental, un gobierno municipal con el que se pueda coordinar trabajo. Está, por lo tanto, en su responsabilidad en estas elecciones elegir los mejores hombres y mujeres para poder dirigir el municipio y la gobernación, pero que por supuesto pueda coordinar con todos nosotros para continuar haciendo estas obras”.
Similar discurso repitió en otras localidades, como Tarija, Cobija y La Paz, en sendos actos oficiales de entrega de obras. Esa sistemática enunciación del chantaje que implica la recompensa de obras a cambio de votos por el MAS, o ningún apoyo del gobierno central si ganan los candidatos de organizaciones políticas opositoras es parte de la estrategia proselitista del partido azul, como lo confirmó su propio jefe de campaña y expresidente.
En efecto, el martes, en Pando, el jefe de campaña del MAS proclamó, durante un acto proselitista, que con “un gobernador de la derecha es imposible trabajar y lo van sabotear todo, preparando cómo conspirar otra vez, no dejar trabajar a Lucho”.
Pero el chantaje no es el único recurso de campaña reprochable que utiliza el MAS, hace un par de días, en Puerto Quijarro, Santa Cruz, el Viceministro de Educación advirtió a “Todos los servidores públicos que trabajan en instituciones públicas (…), si no están viniendo a hacer campaña acá, me van a avisar a mí, me van a dar la lista”.
Es obvio que esa lista no servirá para premiar, a quienes estén en ella, por su responsabilidad de servidores públicos. Como es obvio que la gestión de quienes serán elegidos con esa estrategia desempeñarán sus funciones con la misma falta de escrúpulos.