Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: miércoles 10 de febrero de 2021
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones subnacionales
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El presidente Luis Arce recorre el país coaccionando a los electores para que voten por los candidatos del MAS con el argumento de que eso le permitirá coordinar de mejor manera las obras e, incluso, la distribución de vacunas.
El expresidente Evo Morales nos tenía acostumbrados a discursos electorales de ese tipo, pero se esperaba que Arce hiciera una gestión diferente. A estas alturas está claro que, al menos en este tema, están cortados con la misma tijera.
Hay varias consideraciones que hacer al respecto. Primero, él es, o debería ser, el presidente de todos los bolivianos; por tanto, tendría que estar obligado a coordinar con autoridades de cualquier partido. En esa lógica, los electores que no son de su partido también podrían decidir no pagar impuestos con el argumento de que el MAS no los administra correctamente. Pero no, así no funcionan las cosas; gobernantes y gobernados tienen derechos y obligaciones sin importar qué partido gane o pierda.
Pero, no sólo se trata de coordinación, sino de dar curso a los proyectos, sobre todo para aquellos casos en los que los recursos de las alcaldías o las gobernaciones no sean suficientes. En el caso de La Paz, Arce fue explícito al respecto. “La candidatura del MAS-IPSP en todo el país es la única que puede garantizar dos cosas: que se trabaje para el pueblo paceño y, segundo, que se trabaje de la mano con el Gobierno nacional. De esta manera asegurarnos que todos los planteamientos, que todas las ideas que nos está proponiendo el hermano César se cristalizan para el bien de todos los paceños y todas las paceñas”, dijo Arce en un acto de campaña.
Segundo aspecto importante es que el mandatario ha emitido la mayoría de sus mensajes durante la entrega de obras públicas, lo que indica que está haciendo uso de recursos del Estado para la campaña del MAS. Si bien él no es candidato, está mal utilizando los recursos públicos para intereses particulares.
Y, por si eso no fuera lo suficientemente grave, Arce está usando la salud y particularmente las vacunas como mecanismo de chantaje, algo que sería condenable en cualquier instancia de derechos humanos del mundo. En Huanuni, el mandatario instó a los habitantes a elegir bien a sus autoridades porque se tiene que coordinar la entrega de vacunas. ¿Qué quiso decir Arce? ¿Que si no gana un candidato del MAS no otorgará vacunas y dejará que la gente se contagie y eventualmente muera con coronavirus? Hay que ser un politiquero indolente para usar un tema sensible para el chantaje.
Es hora de que Arce corrija este accionar que, a la larga, será perjudicial no sólo para el pueblo boliviano, sino para su propio liderazgo.