Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: lunes 11 de junio de 2018
Categoría: Conflictos sociales
Subcategoría: Problemas de gobernabilidad
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
De acuerdo con las apreciaciones, después de 12 años de gestión, se observan el agotamiento de este proceso que hasta la fecha no ha logrado la transformación estructural de la justicia, la falta de respeto a una decisión ciudadana expresada en el referendo del 21 F, la cooptación de sectores a través de la imposición de grupos paralelos, la represión a movilizaciones y la violencia.
En los primero seis meses del año, el Gobierno enfrentó al menos cinco conflictos de gravedad: el del Código del Sistema Penal, que era arrastrado desde el año pasado, de los productores de la hoja de coca de los Yungas de La Paz (Adepcoca), de la Central Obrera Boliviana (COB) el paro nacional por el 21F y, el último, el movimiento de la comunidad universitaria de El Alto, en el que Jonathan Quispe, un estudiante de primer año, perdió la vida producto de la represión policial.
Para el analista Carlos Cordero, estos conflictos están generando un deterioro en la imagen del presidente Evo Morales y ,obviamente, su administración por una pérdida de confianza y credibilidad por diversos motivos, tal es así que ya no se considera a los ministros como actores representativos.
“Si bien son conflictos que se han presentado en todo Gobierno, en este último tiempo lo que están haciendo es deteriorar la imagen del presidente Evo Morales, porque el Presidente además está en una carrera electoral. Todo lo que ocurre en este tiempo, el Presidente tiene un afán electoral, viaja, inaugura obras, entre otros”, sostuvo.
Cuestionó la retórica usual del Gobierno que acusa a la derecha, al imperialismo y la oposición de todos los males que le aqueja, y no saber reconocer su falta de capacidad para solucionar las demandas sectoriales.
“Para el Gobierno, todo está bajo una teoría de la conspiración, de que hay grupos poderosos, países que están conspirando contra Gobierno. Es retórica, es discurso, en lo que la ciudadanía ya no cree, ha perdido total credibilidad”, dijo.
En lo que se refiere a conflictos dentro del Estado boliviano, la Fundación UNIR Bolivia estableció que sólo en marzo de 2018 se generaron 102 conflictos: 81 por ciento nuevos y 19 por ciento que se arrastran desde meses anteriores. El 29 por ciento de dichos conflictos han estado relacionados con la gestión institucional, sobre todo del sector público, 18 por ciento con la situación y medidas económicas que se adoptan y 14 por ciento con demandas salariales.
En tanto, el estudioso Yerko Ilich aseguró que los temas fundamentales que afectan de manera directa a las personas no fueron solucionados en estos 12 años, como son salud, justicia e institucionalidad.
En su oportunidad, Ilich señaló que el Gobierno central administra el 85 por ciento de los recursos del Estado y que lo utiliza en programas que no generan un beneficio para la mayoría de la ciudadanía, pero a ellos sí les genera un beneficio político electoral.
Sostuvo que para este régimen sus mejores años han pasado: de 2006 hasta 2009 porque hubo importantes reformas y novedades. Desde entonces, el sistema para este Gobierno se ha estancado y sus logros son muy similares a los de su primer periodo. Un claro ejemplo de esto, señaló, es la falta de capacidad para solucionar la demanda de la UPEA.
5 conflictos largos en seis meses de gestión causaron en el MAS una pérdida de varias de sus bases, según los analistas.
CONFLICTOS
Paro médico y Código. El paro médico contra el Código del Sistema Penal se extendió desde noviembre de 2017 hasta enero de 2018. Se sumaron varios sectores.
Adepcoca doblegó al MAS. Los cocaleros de los Yungas de La Paz bloquearon por una semana contra la toma de su sede por parte de afines al MAS, en marzo. El Gobierno terminó reconociendo a su líder, Franklin Gutiérrez.
Conflicto de la UPEA. La UPEA se moviliza desde el 21 de mayo por presupuesto. La muerte de un estudiante complicó este conflicto que aún no tiene solución.
DECLARACIONES
"La reacción del Gobierno a estos conflictos es desesperada, desordenada, comete errores y cada vez más son torpes y poco convincentes sus argumentos". Erika Brockmann. Analista política
"La gente le recuerda a Evo Morales hasta en los estadios su fraude a la democracia en el país. Así que el Presidente va a tener que abstenerse de ir hasta a los estadios".Vladimir Peña. Dirigente de Demócratas
SI EL MAS INSISTE EN EVO, PREVÉN MÁS CONFLICTOS
Para los analistas, el presidente Evo Morales se presenta como candidato todo el tiempo y eso causa un efecto contrario al que sus acólitos desean.
“Yo mismo no puedo entender que ya estamos 12 años de Presidente (…)a veces las ambiciones de algunos grupos manipulados por la derecha confunden al pueblo boliviano, pero tarde o temprano siempre se escucha la verdad”, afirmó el jefe de Estado durante un acto oficial en Villa Tunari.
Ante esto, Carlos Cordero dijo que lo que busca es posicionarse como candidato ganador “y creo que eso ya molesta a la ciudadanía y se produce un efecto inverso: mientras más campaña del presidente Morales, los conflictos lo que hacen es restarle credibilidad, deterioro”.
En este sentido, aseveró que el país está ante el riesgo de una espiral de conflictividad si el Gobierno sigue realizando una gestión electoralizada, si sigue politizando todos los temas. “Mientras el Gobierno esté en campaña, la ciudadanía le va a responder de la misma manera, y lo que puede ocurrir es que ingresemos a una espiral de conflictividad y a una campaña electoral cada vez más intensa”, dijo.
Por su parte, la analista Erika Brockman explicó que esta respuesta de la población llegará incluso a escenarios tradicionalmente no políticos, como los deportivos, tal como sucedió en los Juegos Suramericanos.