Medio: El País
Fecha de la publicación: martes 02 de febrero de 2021
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones subnacionales
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El problema es el de siempre: la ausencia de un proyecto político genuino, acorde con el país, departamento o municipio en el que se plantea gobernar hace que los candidatos vivan dando bandazos y acomodándose a las tendencias del momento; o tomen decisiones al calor de las encuestas, que como sabemos, no funcionan muy bien en este país.
Fórmulas nuevas que llegaron a la política con aires de superioridad han sucumbido a sus tentaciones antes de empezar; fórmulas viejas también mantienen los mismos pecados
Los casos más llamativos en lo que se refiere a confrontación se dan en La Paz y Santa Cruz. En La Paz, Luis Revilla, en su momento delfín de Juan del Granado, llegó al final de su mandato sin haber forjado un relevo – cosas de la egopolítica -, y por tanto, la estructura de Sol.bo quedó al aire y con ella el poder en un municipio tradicionalmente opositor al MAS.
Aquello lo vio claro el analista y exministro Iván Arias, que lanzó rápido su candidatura apoyado en sus conocimientos territoriales para forzar a Revilla, pero también a Doria Medina y Carlos Mesa a aceptarlo como “el candidato de la unidad”. Para variar, eso no resultó y se impulsó a Waldo Albarracín, ex rector de la UMSA y que llevaba cinco años insistiendo en que no era político, sino cívico. Finalmente, ante la rotundidad de los datos, Albarracín habla de retirada, pero sus padrinos insisten en la tercera vía.
Más sintomático es lo que sucede en Santa Cruz y con un partido de nueva creación como Creemos, que durante su campaña nacional dio lecciones de “nueva política” y que ya tiene cinco diputados expulsados, una de ellas desde el primer día de la conformación de las cámaras donde negoció con el MAS para recibir un mejor trato.
En esas artes, Camacho se aseguró vía libre para ganar la Gobernación cediendo la Alcaldía a los Demócratas, aunque después hizo un movimiento de esos de “vieja política” abrazando a Angélica Sosa y dejando pensar a cada uno lo que quiera…
En Tarija el asunto ya decantó ni bien se iniciaban los debates de inscripción de candidaturas donde primaron otros muchos conceptos más allá del puro revanchismo, lo cual es evidentemente positivo, siempre y cuando se especifique mucho más en los debates.
Por mucho que los estrategas se empeñen en que los ciudadanos tienen un criterio plano y solo necesitan ver coloridos desfiles y fiestas sonrientes, al final el voto se decide sobre proyectos políticos coherentes y claros. Urge en ese sentido dejar de lado la campaña festivalera, que tantos riesgos reporta en plena pandemia, e ingresar ya a la confrontación de ideas y proyectos. La ciudadanía lo agradecerá.