Finalmente, una encuesta podría avalar la percepción general que las familias tienen hoy otras prioridades que votar: salvar su vida y la de sus seres queridos, a la espera de medidas económicas que les devuelvan la esperanza.
Por todo lo anterior, lo más sensato sería no precipitarse, esperar un tiempo prudencial y evaluar, sin prejuicios ni cálculos, la tendencia de los contagios y el plan de vacunación para tomar la decisión de postergar o seguir adelante con los comicios.