Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: domingo 31 de enero de 2021
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones subnacionales
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Arias nació en La Paz, aunque tiene raíces vallegrandinas por parte de madre y padre. Ese padre lo abandonó “a muy temprana edad”, pero el pequeño Iván aprendió a llamar papá a Manuel Arias, el hombre con el que su madre, Julia Durán, decidió compartir la vida. Cuando iba a entrar a la secundaria, doña Julia le preguntó a su hijo si quería seguir apellidando Padilla, como el hombre ausente, o quería cambiarse a Arias, como el verdadero padre que tenía en su hogar. Él eligió ser Arias.
El ahora candidato recuerda con frecuencia las frases de su madre, como: “Venimos de abajo y la única recomendación es nuestro trabajo”, o “La pobreza no es para mostrarla, es para superarla”. Ella era trabajadora de limpieza de un centro de salud y luego se superó para convertirse en auxiliar de enfermería, mientras que su padre era zapatero y se superó para ser maestro.
El propio Iván dice que fue vendedor de lotería, de periódicos, lustrabotas, heladero, para luego estudiar comunicación social y sociología, pero antes quedó políticamente marcado a su paso por el colegio Juan XXIII de Cochabamba, de donde salió militando en el partido Vanguardia Obrera que, según dice, fue el único frente en el que se inscribió, aunque luego daría giros políticos acrobáticos.
Arias se considera “un hijo de la democracia y de la participación popular”, los dos procesos que le dejaron huella en el cuerpo y el alma. “El 80 con el golpe de García Meza, me dan dos tiros en el cuerpo y salgo exiliado a Suecia; estaba muy mal, media parte del cuerpo casi paralizada”, cuenta mientras muestra, con mímica incluida, por dónde entraron y salieron las balas.
Los que él llama “vaivenes izquierdosos” terminarían en 1993, cuando “decido ser demócrata”. El giro lo llevó a apoyar a Víctor Hugo Cárdenas, el primer vicepresidente indígena de Bolivia, del que fue su secretario privado. Fue entonces que, luego de ejercer el periodismo por seis años, dejó esa profesión porque el padre Eduardo Pérez, que era su jefe en Fides, le había dicho que era un camino sin retorno. En esos tiempos, así era.
Entonces estudió sociología y se zambulló en el proceso de participación popular y se convirtió en un municipalista, por lo que fue llamado para ser viceministro de Participación Popular del gobierno de Tuto Quiroga, “pero se me subieron los humos y es ahí donde caigo en la tentación equivocada de ser candidato a diputado (por ADN), y eso me va a costar muchos años de ostracismo” porque no fue elegido diputado. Fue entonces que, según él mismo relata, sufrió del síndrome de hubris, por haber escuchado “cantos de sirena” que le decían que él era lo máximo.
Logró salir del olvido gracias al programa de debate político El abogado del diablo de la red Unitel. Él, que en el pasado hacía radio “porque no tengo cara para la televisión”, apareció en las pantallas más vistas de Bolivia reinventado como analista.
¿No le parece que su paso por el tutismo y el jeaninismo son un lastre en su carrera?
En el caso de Tuto no fue el paso por el viceministerio, sino la decisión de ser candidato. El paso por el gobierno de Jeanine no es un lastre. Yo fui el primero en oponerme a que sea candidata, pero como no formaba parte el núcleo político de la presidenta, nunca más me volvieron a convocar. Yo decidí cumplir mi deber.
Ahora ya está en carrera con otro proyecto. ¿Por qué no fue posible un acuerdo con otras fuerzas de la oposición?
No fue posible porque parten de criterios equivocados. Uno decía que ellos tienen 20 años de historia en la Alcaldía y por tanto tienen programa, tienen plata, tienen partido y tienen príncipe, o que lo pueden conseguir. Los otros decían que han ganado con el 51% las elecciones nacionales (en La Paz) y que han ganado tres de las circunscripciones uninominales y, por tanto, cualquiera que quiera ser alcalde tiene que ir con ellos. Nosotros con Rafael Quispe ya habíamos formado nuestro movimiento y les ofrecíamos alternativas de alianza, pero nos decían ustedes no tienen nada, “no tienen cuerpo, no tienen partido, no tienen estructura, no tienen plata” y en eso tienen razón. Nosotros dijimos no. Somos candidatura ciudadana y así vayamos a perder, vamos a ir para romper los esquemas de la vieja política. Nosotros les dijimos que ellos quieren cuotearse la Alcaldía y nosotros queremos trabajar por la ciudadanía.
La encuesta de Cies Mori dice que usted está segundo y lejos del primero. ¿No cree que estos egoísmos pueden llevar al MAS a la Alcaldía?
Viniendo de abajo y estando donde estamos, estoy muy agradecido con la ciudad de La Paz.
¿Usted cree que va a ganar?
Estoy seguro que vamos a ganar, porque la ciudadanía es la que va a definir y va a concentrar su voto. Nuestro estilo gusta a la gente, sincero, franco, asumiendo defectos, fracasos. Estoy seguro que estamos interpretando correctamente el signo de los tiempos, que es renovación, cambio, hablar cara a cara, sin mentiras, yo no soy de los que dice todo fue malo. Vamos a recuperar las cosas buenas que se han hecho; gracias a los paceños hemos tenido estabilidad municipal, somos el municipio más institucionalizado. Hay cosas que no puedes matar como el PumaKatari, las cebras, o los barrios de verdad.
¿Aún hay alguna oportunidad para acercarse a las fuerzas opositoras para un acuerdo?
Las puertas siempre están abiertas por el bien común, pero si te dicen carajo o te dicen buitre…
Y lo contrario, ¿pediría que alguien se baje de su candidatura para que pueda tener mejor caudal electoral?
No vamos a estar en función a lo que haga otro candidato. Por ejemplo, el primer candidato no debería ser habilitado por Constitución y por ley. Si vamos a entrar todos a nadar a la piscina, entraremos todos en calzoncillos, pero cómo a este señor le van a poner salvavidas, tubo de oxígeno… Eso no nos gusta, pero igual le vamos a ganar, no tengo problema, ya sabíamos que en todas las elecciones usan ventajas del Estado.
Usted está confiado en la concentración del voto, pero Mesa cometió un error parecido, no quería hacer alianzas, pero no hubo suficiente concentración de voto. ¿No tiene miedo que le pase lo mismo que a Mesa?
La soberbia de Mesa estuvo desde el principio, cuando todos se le acercaban para tener acuerdos y él ninguneaba.
Y, ¿usted no está ninguneando a los demás?
Al revés, yo me acerqué a todos y todos me han ninguneado. Nosotros hemos ido a tocar puertas. A Lucho le dije ¿voy a tu casa? Me dijo, “no, yo voy a ir a tu casa”, pero no ha aparecido y me dijo que se había olvidado. Yo quería llegar a acuerdos con los partidos, pero los partidos nos miraban de arriba, en el sentido de “qué futuro tienes, tu paso por el gobierno de Añez es un lastre, no eres nada”, así nos trataban. No es cierto que nosotros no hemos buscado alianzas. Al Tata lo ninguneaban, a mí me ninguneaban. No es cierto que no hemos buscado alianzas. Al señor Waldo Albarracín, que estaba mal en una encuesta, le dije que venga para ser presidente del Concejo, pero no, me dijo que él está lejos de la política, que quería ser el candidato de la unidad, que las encuestas son truchas.
Ya está embalado en su proyecto. ¿Cuál es su propuesta para La Paz?
La Paz en paz y moderna, que busca construir la casa común, cuyos cimientos son el bien común, que es la posibilidad de llegar a acuerdos y generar confianza. Nuestro primer pilar es La Paz saludable y segura porque creemos que ahora el tema de salud es fundamental. Cómo es posible que los hospitales no tengan generadores de oxígeno, cómo es posible que tengamos que depender del gobierno nacional para ciertos ítems y que nos sigan chantajeando. En vez de discutir si hacemos o no cuarentena rígida, debemos hacer encapsulamientos barriales, entrega de un kit básico de medicamentos, restringir actividades, unir a la fuerza armada y a la Policía, los médicos. Yo como alcalde destinaría un presupuesto extraordinario para comprar vacunas. El segundo elemento es el acuerdo con los vecinos. Mecapaca, Palca, Achocalla, allá están tumbando los cerros...
Esas alcaldías son dominadas por el MAS y es probable que eso no cambie. ¿Cómo va a lograr acuerdos?
La idea es ganar-ganar. Ahora existe una relación perniciosa con Mecapaca, por ejemplo, porque desde que nació La Paz le mandamos nuestras heces fecales como si abajo no viviera gente. La Paz va a crecer hacia ese lugar, vamos a procesar las aguas del río Choqueyapu, vamos a mandarles aguas limpias para que nos entreguen verduras y frutas con aguas limpias.
¿Quiere que el río Choqueyapu ya no se vaya a canalizar?
Todas las ciudades abren sus ríos. Con Mecapaca tenemos que hacer, juntos, una autopista, se trata de ganar-ganar. Aprendamos de Santa Cruz donde hay dobles vías a todos los municipios. Aquí nos estamos encerrando. Otro eje es La Paz con el norte, los paceños de tanto mirar el país nos hemos olvidado de ver nuestra ciudad. El 92% del territorio está desocupado en Hampaturi y Zongo, donde es nuestro Yungas. Esto tiene que ver con el verde, y también queremos recuperar el bosquecillo de Pura Pura. Todos saben que lo están loteando y no se hace nada. Vamos a meter mano dura a los loteadores, vamos a fomentar edificios ecológicos. Otro eje es La Paz rápida y conectada; tenemos una desventaja, la ciudad está llena de quebradas, pero queremos hacer puentes, túneles, incentivar la inversión privada paceña. Vamos a eliminar la licencia de funcionamiento, se va a abrir el negocio con una declaración jurada. Yo creo en la buena fe de la gente, pero luego de dos meses de haber abierto vamos a inspeccionar para ver si estás violando tu declaración jurada. Finalmente, buscaremos alianzas público-privadas, aunque la Alcaldía no va a estar con una economía tan boyante como antes.
¿De cuánto es el déficit por ejemplo?
De los 2.100 millones de 2021 de la Alcaldía, más del 60% ya está comprometido en deuda o en gasto corriente. Vamos a estar en una situación difícil.
¿Con qué va a ejecutar su plan?
Alianzas público-privadas. Por ejemplo, para seguridad ciudadana, como en Santa Cruz, están colocando luces led a cambio de que les bajen mensualmente la factura, si los privados lo pueden hacer en alianza contigo. Con esta lógica, en el gobierno del Negro no habrá un agujero negro, vamos a iluminar esta ciudad porque forma parte de la seguridad ciudadana.
¿Qué hará con los choferes? Son un gremio difícil, responden al MAS, no mejoran su servicio, hacen protestas. ¿Cuál es su propuesta para el problema el transporte?
Veinte años que a los transportistas les rompemos sus vidrios y nos rompen nuestros vidrios, les escupimos, nos escupen. El Puma y el teleférico transportan al 9%. O los seguimos apaleando o llegamos a un acuerdo. Vamos a seguir impulsando Pumas centrales, pero les estamos planteando a los choferes que sean alimentadores del Puma. Vamos a concesionar ciertas rutas al sector privado para que presten servicio igual que el Chiqui Titi. Vamos a habilitar el capot rojo para los taxistas afiliados y el capot amarillo para el transporte libre. Dialogando la gente se entiende, hay que encontrar soluciones juntos.
¿Dónde vamos a botar la basura? Los rellenos se llenan y ya hubo desastres ambientales.
Hay que hablar con la empresa La Paz Limpia. Les vamos a dar un año o dos máximo para readecuar el contrato. Tenemos que procesar e industrializar la basura, que sea un negocio para la empresa y también para la ciudad. Los países nórdicos diseñan soluciones ambientales para el tamaño de la ciudad. Para eso es mi alianza con Ronald Mac Lean, que lo voy a nombrar una especie de embajador para traernos tecnologías verdes para la limpieza del río Choqueyapu o plantas acordes a nuestro tamaño. También voy a conformar un consejo de ex alcaldes, entre ellos Juan del Granado, Lucho Revilla. Con Juan tenemos una relación de diálogo, es uno de mis principales consejeros.
Si gana va a ser un alcalde opositor. ¿Cómo hará para evitar el bloqueo del gobierno del MAS?
Yo quiero ser un alcalde para todos, voy a extender la mano para buscar soluciones para La Paz. Yo ya me he desvinculado de la cuestión política nacional y estoy centrado en las soluciones para la gente. Si vamos a hacer el tratamiento de aguas y lo van a pintar de azul, que lo pinten, lo importante es que se haga. Negociación no es humillación. La Paz debe dejar de ser el escenario de conflicto, y eso nos ha reducido a estar en cuarto o quinto lugar.
¿Por qué sigue haciendo campaña en plena pandemia?
He cambiado mi estilo, ya no hacemos grandes concentraciones, estamos visitando puerta a puerta, porque a la gente le gusta que el candidato no esté en su escritorio, que salga, que se lo pueda ver, porque ese es el ejemplo, así es como hago campaña.
Y ¿aunque eso propague la Covid?
Estamos cuidándonos. Tenemos que combinar salud y campaña. En Bolivia la penetración del Facebook y el Twitter es muy baja, la gente define mirando a los ojos, sintiendo, palpando, viendo. Yo prefiero arriesgar porque los que no arriesgan, pierden.
¿Quién financia su campaña?
Nuestra campaña la están financiando microempresarios que creen en nosotros. Cada macrodistrito hace sus banderas, busca su imprenta barata para imprimir.