Medio: RADIO SAN GABRIEL
Fecha de la publicación: miércoles 06 de junio de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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El líder del otrora Movimiento Nacionalista Revolucionario logró esa primacía en cuatro periodos distintos entre 1952 y 1985.
El jefe de Estado, en enero de 2017, ya se había convertido en el mandatario boliviano que más tiempo de manera continua ha permanecido en el cargo: once años completos. Cada vez va quedando más lejos el mariscal Andrés de Santa Cruz y Calahumana quien lideró al país durante nueve años, ocho meses y 24 días.
En una recopilación del periodista Rafael Sagárnaga, la longevidad política del Primer Mandatario boliviano, a estas alturas se la puede analizar bajo parámetros internacionales. De hecho, ya tiene una marca continental. En efecto, Evo Morales es hoy el mandatario con más tiempo continuo en el poder entre las 35 naciones de América. Le sigue el nicaragüense Daniel Ortega que gobiernan desde enero de 2007. Claro, eso si descartamos que la reina británica es soberana en Belice y algunas islas del Caribe.
A nivel planetario, los once años de Evo ya sientan presencia en divisiones mayores de mandatos extra largos. Le ha favorecido una inusual ola de desapariciones de máximas autoridades nacionales con décadas en el poder sucedidas entre 2011 y 2014. Causas naturales se llevaron al venezolano Hugo Chávez (14 años presidente) y al norcoreano Kim Jong Il (17 años en el poder). Y la “primavera árabe” derrocó al libio Muhammar Kaddafi, al egipcio Hosni Mubarak, al tunecino Abidine Ben Ali y al yemení Ali Abdullah Saleh, que Gobernaron durante 42, 30, 23 y 22 años continuos, respectivamente.
Sin ellos en el ranking, Evo se halla hoy, salvo errores de precisión, entre los 22 mandatarios con más tiempo en funciones del planeta. No sabemos si Morales llegará a estar en próximos lustros entre los diez gobernantes del mundo en ejercicio con más tiempo en el cargo. Sin embargo, está dando creciente pelea y no sólo por sus ya explícitas intenciones de ir a otra reelección.
Resulta que en la lista de gobernantes cuasi vitalicios hay siete con pocas posibilidades de permanecer en el cargo más de un lustro. Otro con escasas posibilidades de continuidad es el premier de Bareín Khalifa ibn Salman Al Khalifa. Éste es hoy el mandatario con mayor permanencia en el cargo, 47 años, y cumplirá 83 de edad este 2018. En Bareín tan sólo pronunciar mal el nombre del Kalifa puede traer serios problemas. Sin duda, es probable que Mugawe o el cuasi innombrable permitan que Evo ascienda en el ranking de longevos en el poder en cualquier momento. La lista de los 22 mandatarios con más duración en el cargo la completan un europeo, cinco asiáticos y 14 africanos. (3)
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Y volviendo a Bolivia, si de permanencia en el cargo se trata, el equipo que lo apoya suma también a las marcas de Evo Morales. A estas alturas, quien marca un récord abismal en relación a sus antecesores es Álvaro García Linera, con sus 12 años en funciones. José Miguel de Velasco Lozano resulta el segundo vicepresidente con mayor tiempo como segunda autoridad del país. Apenas llegó a los cinco años, un mes y 29 días.
No sobra recordar que Evo Morales también es el presidente que más elecciones ha ganado: cuatro, y con seis se acerca a ser quien en más elecciones ha postulado. En ese escenario resulta aún superado por Paz Estenssoro, con siete, todo dependerá si va a la “re re re”. Igualmente detenta los mayores índices de votación en elecciones pues en todas sus victorias ganó por más de 26 puntos porcentuales sobre sus inmediatos seguidores.
No resulta marca menor el que durante ya doce años de su administración la presidencia de Morales contase con mayorías absolutas en las cámaras legislativas. Si se advierte que el poder judicial no le ha sido hostil, suma también un virtual récord en cuanto a poder político se refiere.
FAMA MUNDIAL Y RÉCORD VIAJERO
Las características del siglo XXI facilitaron también que el actual presidente boliviano marque otros récords, especialmente la tecnología de transportes y comunicaciones. Evo Morales es indudablemente el mandatario boliviano más conocido en el mundo. Muy probablemente, sólo la talla histórica de Simón Bolívar le dispute y opaque ese sitial. Es quien en más sesiones de la ONU ha participado (14). Y, claro, también quien a más finales de los mundiales de fútbol (2) y copas América (2) ha asistido.
Es el único presidente boliviano que visitó oficialmente cuatro de los cinco continentes. Y al hablar de viajes, es evidente que constituye el mandatario nacional que más viajes ha realizado. En promedio, cada año ha efectuado 14 viajes al exterior del país y 460 al interior. Esto implica, aproximadamente 140 visitas al extranjero y 5.100 a diversas regiones bolivianas. La cantidad de personalidades mundiales con las que se entrevistó y hasta forjó buenas migas en 46 países tampoco tiene precedentes. Suman desde tres Papas, tres monarcas y magnates como George Soros hasta Ahmed Ben Bella.
Un récord seguro, pero muy difícil de precisar, constituye el número de entrevistas y reportajes que le han realizado medios de comunicación internacionales. Eso al margen de cuatro películas y, al menos, cinco libros sobre su vida, incluido uno autobiográfico. Y entre viajes y homenajes el primer mandatario ha sumado una marca académica también sin precedentes incluso para cualquier ciudadano boliviano: se le otorgaron 29 doctorados, 22 en universidades extranjeras y siete en bolivianas.
Su gestión en las relaciones internacionales se apunta también un particular récord relacionado a dos destacadas acefalías: es el presidente que durante más tiempo no designó embajador en Estados Unidos ni recibió a la contraparte representante de esa potencia. Hace ocho años y casi siete meses el gobierno de Evo Morales expulsó a la cabeza diplomática de EEUU y llamó al embajador boliviano en Washington. Sólo Luis García Meza vivió una experiencia algo similar durante los trece meses de su gobierno. Y, obviamente, es seguro que Morales ha sido el presidente boliviano que más discursos antiimperialistas ha vertido, destaca Sagárnaga.