Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: miércoles 06 de junio de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Por lo que se sabe, la llamada oposición (que en la práctica nunca lo fue) estudia, hace planes, sueña; hasta recurre a la coca para saber si finalmente se impondrá el famoso Pacto de Costa Rica en favor de Evo; porque, según cómo sople el viento ellos, los opositores, orientarán su afanes de hoy; necesitan saber a qué árbol arrimarse para disfrutar del poder. “No precisamente quiero ser presidente –me dijo un potencial candidato– , lo que quiero es por lo menos ganar, en cartas y espadas, algún curul en el parlamento. Ya es tiempo de que sea algo. Creo que reúno el mejor requisito: en lo profesional no soy nada”.
Las encuestas oficiosas y también el propio Gobierno, quieren hacer de un ciudadano pacífico y civilizado un componente de la oposición, un combatiente en las trincheras primitivas. Como es sabido, el señor Mesa no quiere ser candidato, lo ha dicho tantas veces, aunque ahora último varió su respuesta: “quién sabe”, dijo. Cuando uno de sí mismo no sabe, es más difícil saber de otro modo. Otras gentes opinan que para una candidatura seria, ya no hay tiempo; tal vez para una candidatura de ese rango; pero para otra diferente, sobra.
A los 12 en camino, hay que añadir los nueve que ya son partidos y están listos para ingresar, con renovado brío, a las arenas de la disputa electoral. Y como hay margen todavía, es muy posible que esa cantidad aumente. No son pocos los que probarán suerte, por ahí les cae el gordo de la lotería, como sucedió con Evo en diciembre del 2005. Y sin saber leer ni escribir, cualquiera podría ceñir la banda tricolor en el pecho. Bolivia es un país de milagros y de sorpresas. El expresidente Guevara tuvo razón: “la política es el arte de tragarse sapos”.
Pero ¿el país, la patria, etc., dónde queda? En las Batuecas, compañero, como en la España aborigen de otro tiempo. El próximo Atila con más sus huestes puede salir de cualquier parte; no está descartado ningún lugar del territorio. Entre nosotros tal vez falte credibilidad para pronosticar, pero que un diplomático extranjero lo diga, es otra cosa. El caso es que estando en víspera de elecciones, le preguntaron, ¿quién cree usted que puede ser el próximo presidente? ¡Ah, es sencillo: en Bolivia puede ser cualquiera, no hay ninguna referencia para esperar lo contrario!